capítulo 26.

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Sofía

Mi corazón está apachurrado.

Debería estar feliz, pero siento un vacío en mi corazón, Dios, fuí tan estúpida al enamorarme de un hombre como Lewis Hamilton.

Estoy a punto de aterrizar en el lugar que me vio nacer y crecer, él lugar donde tengo los recuerdos más bonitos del mundo, pero no dejo de pensar en él, en sus besos, en su toque, en sus palabras, un su olor, no puedo sacarlo de mi cabeza.

Estoy ansiosa por ver a mamá de nuevo, pero ni eso me hace completamente feliz, creé una dependencia emocional y esto no saldrá bien, especialmente porque aunque duela, sé que a él no le importará que regrese a mi país, tal vez le dí lo que quería demasiado rápido y ahora se olvidará de mí... Sin embargo yo, lo tengo tatuado en cada parte de mi ser.

-Buenas tardes a todos, les habla su capitán, es un placer informales que estamos a punto de aterrizar en tierras vallunas, disfruten de calido clima, el sonido de la salsa y espléndido olor a caña de azúcar -la voz del piloto me distrae de mis pensamientos -. Recuerden abrochar sus cinturones y sean bienvenidos a la sucursal del cielo

No puedo evitar sonreír, por fin casa, sin embargo no mi hogar. Ese se quedó en un lugar de Mónaco.

Miro por la ventanilla y veo todo borroso, hasta ahora me doy cuenta que estoy llorando, son tantos recuerdos que me abruman, como por ejemplo cuando acompañaba a mamá al trabajo, los recuerdos en la escuela pública, mis primeros novios de secundaria, la entrada a la universidad, las fiestas, la comida, los cálidos abrazos de la abuela. Que buena era la vida.

El avión aterriza con un sueve golpe, entonces limpio mis lágrimas, ya pronto estaré en mi lugar seguro, los brazos de mi mamá.

Después de desembarcar me dirijo directamente hacia el área de inmigración para la correspondiente revisión de mi pasaporte y responder a sus preguntas.

Hasta ese momento todo resultó bien, aunque ha sido muy tardado para mí gusto.

—Señorita Sofía, tenemos un problema al verificar su identidad —el agente me mira —. Exactamente con sus huellas

—¿Qué? —pregunto confundida

—Sus huellas no coinciden, tal vez sea el sudor, ya sabé, clima caluroso —responde con total tranquilidad —. Intentaremos una vez más —me entrega un spray de alcohol para que me desinfectante las manos

Hago el proceso en silencio y después suspiro poniendo mis dedos en el scaner

—Un momento —el analiza la pantalla

Dios ¿Cuánto más va a tardar esto? Ni que estuviera en europa.

—No, no funcionó, tendrá que esperar

—¿Pero porqué? ¿No ve que soy la misma de la foto? ¿Mi firma es igual? —pregunto confundida, es la primera que algo así me sucede

—Señorita, necesitamos que las huellas coincidan, es parte del proceso, por el momento usted no puede salir de aquí

¡Esto es muy injusto!

—¿Qué proceso sigue? —pregunto

—Llamaré a otro de los funcionarios para ver qué como podemos proceder en un caso como esté

Colombian Girl »Lewis HamiltonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora