El Plan

15

Hanni

El ascenso a la colina donde se encontraba el faro había comenzado. 

Harry y yo íbamos caminando los últimos. Era la oportunidad perfecta para acorralarle y sacarme las dudas que tenía sobre él y Daniel. Últimamente habían pasado mucho tiempo a solas sin necesidad de que Minji o yo forzáramos algo. 

—Oye, Harry—dije a su lado—. Tenemos que hablar de una cosa.

—¿De qué?

—¿No hay nada que quieras contarme?—quería que me confesara las cosas sin tener que presionar demasiado—. Sé que eres muy reservado, pero yo soy tu mejor amiga, tengo mis derechos de amistad.

—¿Existen los derechos de amistad?—preguntó riendo.

—Pues claro, como los derechos humanos, pero en amistad. Hay normas no escritas. 

—¿Cuáles son esas normas?

—No evadas mi pregunta—dije sabiendo por donde quería llevar la conversación el cuestionado. 

—No tengo nada que contarte que no sepas. 

—¿Entonces que es lo que te traes entre manos con Dainel? Sea lo que sea sabes que me alegraría muchísimo por ti—confesé.

—Yo también me alegraría si tuviera algo interesante para contar, pero no lo hay. Nos llevamos bien y parece que podemos ser amigos. Tenemos mucho en común, pero no hay nada romántico. 

—Porque no lo quieres ver, pero estoy segura de que le gustas.

—Aunque le gustase, todavía no me fío de él completamente, necesito conocer más a fondo a las personas y luego decidir si quiero dar un paso más. Me conoces, no estoy con alguien así como así. 

Eso era verdad. Harry era desconfiado por naturaleza. 

—Vale, te entiendo. Pero no pongas barreras y déjale mostrarse ante ti.

—Lo estoy haciendo. Me cae muy bien, y Minji no es tan desagradable como me imaginaba. ¿Quieres que vayamos con ellos o crees que vamos a parecer muy pesados?

—Ellos nos invitaron a acompañarlos en la comida, si no quieren nuestra compañía se lo deberían de haber pensado antes. Vamos con tu futuro novio.

Sujeté la muñeca de mi amigo y apretamos el paso para esquivar a los alumnos que se interponían entre los chicos y nosotros. 

—Hola—Dani nos dio una de sus maravillosas sonrisas al vernos llegar a su lado.

Le saludamos y yo los dejé solos yendo a colocarme sigilosamente al lado de Kim Minji. Ella iba charlando con Chae y no se había dado cuenta de que estaba a su lado. Me empecé a poner nerviosa ya que no conocía a ninguno de sus amigos y tampoco quería interrumpir su conversación. Por suerte Chae se percató de mi presencia y lo hizo todo más fácil.

—¡Hanni!—la chica me saludó con cercanía. 

—¡Hola!—respondí agitada por la caminata.

Minji se giró y me dio una sonrisa. Parecíamos llevarnos muy bien y a mi eso no me estaba gustando, a este paso perdería la apuesta.

—¿Cansada?—me preguntó. 

—Tengo las piernas cortas—bromeé. 

Continuamos el camino juntas. Me mantuve casi todo el trayecto en silencio ya que el grupo era de los mayores y a mí me daba reparo llamar demasiado la atención. Al final acabé al lado de Chae, con la que mantuve una animada conversación. Minji parecía algo distante, cosa que no entendía ya que esa misma tarde habíamos bromeado. Me hizo sentir algo mal.