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Minji

Hanni me había arrastrado lejos de los demás para hacer lo que yo deseaba que hiciera: besarme.

Llevaba todo el día aguantándome las ganas y pensaba que tendría que seguir haciéndolo cuando vi cómo Bob se le acercaba cada vez que podía. Le volvía loco, y no era al único que le pasaba.

Mi estómago dio un vuelco cuando Pham Hanni acercó su cara a la mía y me dijo aquello. Me quedé inmóvil durante un segundo, pero reaccioné al sentir el sabor de su boca.

Por fin tenía sus labios sobre los míos, practicando para tener luego que besar a otros. Pero ahora estaba allí, conmigo, con el ruido del mar de fondo y la luna brillando sobre nuestras cabezas.

Moví mis manos para sujetar su cara. Sus mejillas eran suaves y blandas, las acaricié con mis pulgares. Ella se agarraba a mi sudadera y lideraba el beso. Esta vez no tuve que decirle nada, utilizó su lengua a los pocos segundos para profundizar aún más en ello. Nos movimos a la par, estábamos en sintonía y ambas disfrutábamos de aquello tanto como para no querer parar ni a coger aire.

Sus labios atrapaban los míos, devorándolos con calma y yo respondía de igual manera hasta que no pude más.

—Me..me estoy ahogando—dije sobre sus labios.

—Lo siento—se separó, pero quedamos con nuestras frentes apoyadas mientras respirábamos pesadamente.

—Ha estado bien—bajé mis manos hasta su cuello.

—¿Estoy mejorando?—preguntó ilusionada.

—Un poquito, pero si de verdad quieres conquistar a Bob tienes que conocer otras técnicas.

¿Qué demonios estaba haciendo y por qué no podía parar?

Hanni

Sujetó mi mano para guiarme por la playa. Yo iba como drogada por lo que acababa de pasar y me daba igual lo que quisiera hacer conmigo Kim Minji.

Me llevó hasta un lugar en el que había hamacas pertenecientes a algún hotel cercano.

—Siéntate—ordenó y le hice caso—. Yo soy tú y tú eres Bob.

—¿Y qué tengo que hacer?—pregunté con timidez.

—Disfrutar y aprender.

Dicho esto se sentó en mi regazo y automáticamente rodeé sus caderas con mis brazos. Su cara quedó frente a la mía, a unos pocos centímetros. Pasó sus brazos por detrás de mi cuello y sentí todo mi cuerpo estremecerse. Con ella parecía todo tan orgánico...Se notaba que tenía experiencia.

—Ahora él probablemente te besaría.

—Sí, probablemente—dije hipnotizada por sus labios.

—Hanni—llamó mi atención.

—¿Qué?—no podía apartar la vista de su boca.

—¿A qué esperas? Que me beses—dijo impaciente.

—Oh..claro—me reí por mi torpeza, no había pillado su indirecta.

Volví a atrapar sus labios...Dios, Kim Minji besaba demasiado bien, me iba a volver loca. Estuvimos un rato así, besándonos como ya sabíamos hacerlo. Me estaba familiarizando con su contacto húmedo y suave, esperaba no echarlo mucho de menos cuando no lo tuviera más. Porque tenía que ser realista, ella no iba a querer besarme toda la vida aunque a mí no me importaría que lo hiciera. De sobra sabía que si yo no estuviera allí habría otro ocupando mi lugar, seguramente sería Karina. Y aún así no estaba cien por cien segura de que no estuviera besándola a ella o a otros cuando no estábamos juntas.

El PlanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora