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Hanni

—Gracias, Minji ¡Hasta mañana!—Karina abrazó a Minji y se giró para marcharse.

—¡Oh, buenas noches, Hanni!—pasó por delante mía.

—Adiós—le respondí sin ganas.

—¿Qué haces ahí?¿No estabas con Bob?—Minji salió de su habitación y se recostó sobre el marco de la puerta. Ya tenía su pijama puesto y su pelo algo revuelto.

—Acabo de llegar—dije sin mirarla, dispuesta a llamar a la puerta para que Harry me abriera de una vez.

—¡Espera! No llames—abandonó su lugar para venir corriendo hacia mí y sujetarme el brazo que ya había golpeado una vez la madera.

—¿Qué haces? Quita—intenté que me soltara.

—Shh, ven—dijo en bajito guiándome a su habitación.

—Suéltame, Minji—me retorcí entre sus brazos. Brazos que acababan de abrazar a otra. Esta chica no perdía el tiempo.

—Estáte quieta—me arrastró hasta su habitación y cerró la puerta tras nosotras—¿No ves que están juntos?

—Obviamente no lo veo.

—Es una forma de hablar, ya me entiendes. Dani no tiene la llave de la habitación y ha vuelto con Harry. Suma dos más dos, Hanni, están ahí dentro durmiendo juntos.

—Pues me da igual, quiero ir a dormir—dije caprichosamente.

—Duerme aquí esta noche, no vayas a interrumpir nada importante.

—No, me voy. Todavía no he estrenado mi cama, no quiero pasar otra noche en esta habitación.

—¿Qué demonios te pasa? ¿Tanto te cuesta dormir aquí?—preguntó sosprendida por mi actitud.

—Sí, esta habitación huele a sexo, no quiero dormir encima de los fluidos de otras personas—Minji abrió mucho los ojos al escucharme decir eso.

—¿Pero qué estás diciendo?¿Bob te ha drogado? No entiendo que te pasa.

—Que te has acostado con Karina hace menos de diez minutos y ya quieres meter a otra chica en tu cama—a lo mejor me estaba pasando de infantil. No sabía qué había hecho con la chica, pero mis palabras salían solas, no podía controlarlas.

—¡Estás paranoica! Y tienes mucha imaginación. No me he acostado con Karina. Y si crees que el sexo dura tan poco tiempo como para que lo hayamos hecho en el rato en el que tú te has ido a pasear con tu novio, tengo que decirte que has tenido unas relaciones sexuales de mierda. Aunque viniendo de Jay no me extraña.

Esa fue la gota que colmó el vaso. No podía irme a mi habitación porque no tenía la llave, pero sí podía encerrarme en su cuarto de baño para dejar de verla.

Estaba enfadada. Si no había estado con Karina de ese modo, en mi cabeza todavía estaba el escenario de ellas dos besándose. Para eso sí que había dado tiempo.

Cerré la puerta del baño y eché el pestillo. Minji golpeó la puerta al segundo.

—¡Hanni! ¿Estás de broma?—gritó desde el otro lado.

—¡No!¡Déjame en paz!

—Estás actuando como una cría.

—No todos somos tan perfectos y maduros como tú—escupí esas palabras de forma desagradable.

—Me voy a quedar aquí hasta que se te pase lo que quiera que sea que te está sucediendo. Cuando te apetezca sales y hablamos como personas decentes.

El PlanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora