Manada

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Diez horas de sueño era lo que precisaba Nyktalgia y casi pudo lograrlo de no ser por la pesadilla que apareció en la novena hora para sacarlo de la cama, sudado y agitado.
Un droide se acercó a corroborar que todo estuviera en orden:
--Beep boop peep-- expresó el autómata.

--Sí, droide, estoy bien; iré a bañarme, así que puede quedarte limpiando la cama y demás cosas-- contestó el subversivo encaminado a las duchas envuelto en una toalla desde el pecho hasta las rodillas. Pero fue atropellado por la propuesta de Prasog en el pasillo antes de llegar:

--Nyk!-- el rodiano se colocó por delante --¿Quieres entrenar dentro de quince minutos conmigo? Me gustaría aprender algunos movimientos de lucha que puedas enseñarme.
--Prasog... yo... recién me despierto, viejo, no sé qué decirte ahora, ¿podrías darme tres horas? Quizá hoy no quiera entrenar-- arguyó el joven. El escamoso sin decir nada siguió su trayecto por donde iba ¿Se habrá ofendido?

En las duchas estaba Guda Seks, bañándose en una rara gelatina verde que dejó extrañado al humano:
--Al parecer la denominación "duchas" ha perdido su correlación con lo que veo-- comentó acercándose a tocar la sustancia.
--Me haces reír, Nyk, pero entiendo tu observación-- respondió el anélido dejando un espacio en su tina central para dar a entender que la podía compartir. --Para bañarnos no usamos agua, sino esta sustancia llamada gelobuma, sí, absorbe la suciedad del cuerpo y en general es más eficiente que el método agua-jabón.

--Interesante-- opinó el paliducho con algo de duda sobre compartir la tina con el hutt.
--Vamos, quítate la toalla y métete conmigo jaja, por ahora no como humanos-- lo invitó finalmente Guda Seks --además no vas a necesitar toalla para bañarte, no en nuestra nave, jajaja

Nyktalgia por fin decidió hundirse en el espeso líquido verde, y notando que estaba muy profundo para sentarse intentó flotar dentro sin resultados. Guda Seks le colocó su larga cola como asiento al verlo demasiado movedizo:
--¿Mejor?
--Sí, gracias Guda.

Los ojos del humano se posaron sobre el delgado anillo que el vermiforme poseía en su dedo más pequeño, se perdió un par de segundos en él provocando que emergiera una conversación:
--¿Estás viendo mi anillo, cierto?
--Así es, yo nunca vi un hutt usando anillos.

La historia de la joya estaba lejos de ser meramente decorativo; era un regalo de la esposa del hutt:
--Mi esposa Tania era humana, estimado Nyk, ella fue asesinada por la guardia republicana de Coruscant durante un allanamiento equivocado; entraron a nuestra casa en vez de entrar a la que estaba en frente. Esa noche yo no estaba, ella estaba sola con Daina, su pequeña hija, la que me había aceptado como padre con los años... Pero Tania pensó que quienes estaban derribando la puerta eran mafiosos, por lo que tomó mi rifle blaster y abrió fuego contra ellos.

--Maldición, ¡no quise recordarte eso, Guda!-- interrumpió Nyktalgia.
--Descuida, es una historia que ya tengo demasiado asimilada, y, además Tania murió luchando como una guerrera digna; se llevó a cuatro consigo y luego su muerte fue bastante rápida.
--¿Y que hay de Daina?
--Su padre biológico me culpó por todo lo que había sucedido y logró quedarse con la niña a pesar de mis planteamientos al juez.
--Terrible, no sé qué decirte...
--Oh, no digas nada, me agrada que estés compartiendo este baño conmigo y, además es bueno haberte ofrecido un poco de mi pasado, si bien no fue exactamente uno apropiado para este ambiente-- reparó el hutt.

--Me da la impresión de que ese fue el detonante de que luego te metieras en actividades feroces hasta ganarte la reputación que posees-- descifró el joven.
--Estás muy bien de la intuición, compañero-- validó Guda Seks dicha hipótesis.

Entre charlas se olvidaron del tiempo, contando anécdotas del pasado y agregando chistes para cambiar la entonación de la atmósfera; se perdieron uno en el otro, como si se conocieran de toda la vida, el intercambio superó los cuarenta minutos. Era increíble lo mucho que tenían en común, un hutt de 80 años y un humano de 21, como pocos habían visto alguna vez.
--Vaya, se nos ha ido mucho el tiempo-- comentó el vermiforme notando que la gelobuma se había endurecido en cientos de trozos.

--Ahora es como estar sumergidos en un pelotero para niños-- bromeó Nyktalgia tratando de salirse de la tina, pero resbaló en la subida, cayendo sobre la panza de Guda Seks. --Creo que patiné con una de esas bolitas de gelatina.
--Por suerte...-- le contestó el hutt penetrándolo con su mirada, a la vez que su boca empezó a salivar más de lo normal --Te pareces mucho a Tania, físicamente-- soltó como si nada, dejando sonrojado al humano.
--¿O sea que...?
--Me pareces muy bello, Nyktalgia-- amplió su ocurrencia revelando su sentimiento.
--¿Y qué hay de lo que hablamos sobre las relaciones que...?
--Tranquilo, sólo quiero lamer tu cuerpo, probarte, tocarte de varias maneras; si no te molesta, claro-- le dijo Guda Seks sonando bastante excitado.

Nyktalgia se giro sobre el grandote quedando sentado de piernas abiertas frente a él, sin decir nada se había entregado.
Mientras tanto afuera de las duchas, el rodiano que había finalizado su entrenamiento, se quedó atónito espiando la secuencia de imágenes eróticas; pero no logró quedarse demasiado cuando además vio que la cosa se iba a poner pornográfica.

No pasó ni una hora más cuando la Peisithanatosis dilataba la distancia con el planeta-ciudad al que se dirigían:
--Al fin llegamos, Coruscant otra vez-- dijo contemplando el paisaje desde el puente, al minuto que los demás se agrupaban tras él para acompañarlo en la panorámica.
--Ya veo por qué quisiste manejar tú los últimos tramos de la ruta-- le dijo Larmoyana.
--Sí, claro, fue por eso que te lo pedí-- le respondió el rodiano tratando de no recordar lo que vio en las duchas.

--Ahora es cuando comenzamos con el plan, estimados; hallar a Dega Plabek para sacarle la información sobre el nuevo Templo Jedi de la última Maestra-- enunció el hutt.
--No puedo esperar a terminar con la basura que ha creado esa jedi, maldita sea Rey-- dijo Larmoyana saboreando la victoria por tener de su lado al hijo de Kylo Ren.

--No nos apresuremos con la victoria-- anunció Nadira palmeando la espalda de la anfibia --Antes hay demasiados objetivos en el medio.
--Es cierto-- concordó Guda Seks --para empezar, debemos decidir quienes bajarán al planeta y quienes nos quedaremos arriba de soporte.

--Me toca estirar las piernas-- se apresuró Prasog.
--Seguramente van a necesitar una doctora-- se adhirió Nadira.
--Y yo no soy bueno con las actividades dentro de una nave, así que déjenme mostrarles de lo que soy capaz como miembro de su agrupación insurrecta-- manifestó Nyktalgia completando el equipo.
Guda Seks sonrió emocionado relamiéndose la cara:
--Excelente, estimados, serán ustedes los que bajarán en la primera parte del plan ¡Preparen las cápsulas desechables de sigilo! Bajarán en una hora.

--Yo me encargo de suscitar las cápsulas-- decidió la pa'lowick golpeando el brazo del rodiano por habérsele adelantado a ella para bajar con el mujeril humano. Pero el piloto de cresta púrpura y espinosa se desentendió velozmente:
--Oh, créeme, Larmoyana, no quiero tener nada que ver con eso que tu mente cree; mi postura es igual a la de Nadira.
--¿Y ustedes de qué hablan?-- curioseó Nyktalgia.
--Nada!-- respondieron con exaltada prisa ambos pilotos.


La herencia de KyloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora