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Una noche paseando por los suburbios de la ciudad, una de esas en las que por ser hijo de abogadas regularmente exitosas tenía el poder para hacerlo

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Una noche paseando por los suburbios de la ciudad, una de esas en las que por ser hijo de abogadas regularmente exitosas tenía el poder para hacerlo.

Solitario por no tener amigos y viendo todas esas prendas tan lindas que se propuso usar algún día importando poco que fueran algo cero común en su guardarropa. Todo desde afuera, se había tardado mucho y la mayoría de las tiendas estaban cerradas a esas horas, lo comprendía pues apenas y no conseguía el permiso para salir.

Entró escuchando la campana haciendo a una de las dos únicas personas voltear su mirada desinteresada.

Y eso sin querer hizo que sus mejillas se pusieran de color rojo, por qué... dios, era el hombre más guapo que había visto en toda su puta vida.

La chica del mostrador lo veía al mismo tiempo que le saludaba por ser cliente frecuente y conocerse un poco de tantas veces que se paseaba por ahí. También sonreía al tanto de la escena entre sus dos clientes más cercanos.

Despacio y a como sus manos sudadas iban dejando, la puerta se iba corriendo de a pocos hasta dar un golpe seco contra su propio marco, capaz de desatar un aire fuerte que balanceo un poco su abrigo peludo color ocre.

Entonces, aquel hombre de ojos azules lo miro tan profundamente y únicamente le dió una risa nasal que lo hizo recordar lo inútil que se veía ahí parado soltando su aroma a felicidad por que carajo, había encontrado al amor de su vida de la mejor manera y haciendo algo que les gustaba a ambos. Quizá había algo de verdad en las leyendas.

Sin alargar las cosas, sin quererlo simplemente siguió pasando lo mismo durante días que se fueron formando en meses y luego se fue un año.

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一 Vamos, cereza

Arrastró la última "a" demasiado, como si hiciera un berrinche para que usara ese abrigo de una marca cara según suposiciones y por amor del cielo ¡nadaba en ella!, además estaba negado, era de Dabi y no quería ensuciarla.

Lo mío es tuyo

Susurraron en su oído con cuidado haciendo su piel ponerse de gallina por la cercania, teniendo el rápido gesto de esconderse entre la felpa de su nueva prenda sin estar consiente de  que realmente lo estaban marcando como propiedad de alguien.

Es demasiado para mí, se ve mejor en ti.

Lo endulzaron aquella vez.

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Tratando de no morir asfixiando por la almohada o el dolor de su ojo izquierdo simplemente comenzó a sollozar.

Tal vez y sólo tal vez su mami estaba en lo correcto, tal vez y solo tal vez Touya era el amor de su vida pero no su alma gemela y él era humano, cometía errores, pero ese de idealizar personas fue el peor que pudo haber hecho.

Inicio como un “eres el hombre más celoso que conozco” pero terminó con heridas que cruzaban la barrera de lo físico.

一 ¿Conoces más hombres?

Pero eso debió de parar en el momento que la colilla de cigarro beso su piel varias veces.

Era espantoso saber que quemaduras formaban un horrendo tatuaje natural con la inicial de la persona que amas.

Como era de esperarse comenzó a evitar la mirada de su esposo, las charlas amenas durante la comida y Touya tampoco hacía un intento por tocarlo. A lo mejor solo estaba deprimido por los cambios de humor repentinos, a lo mejor era ese embarazo tan inesperado que empezó a afectarlo así.

A lo mejor necesitaba un consuelo, un cuello para esconderse y no creyó que sus suplicas fueran oídas.

Después de su incidente, unos días luego de media noche recibió un beso en su nuca mientras dormía y fue tan feliz, por esa manera de pedir perdón escondiendo su rostro entre su cuello, acariciando el vientre mediano, llorando por redimirse y encontrar el perdón.

Y la mañana siguiente entre más besos con café, desayunos mal hechos y cosas irrelevantes, Dabi huía al trabajo y él sólo era él... un omega joven embarazado gozando del privilegio de ser un mantenido.

Si simplemente se detuvieran a ver que su vida no era tan feliz como aparentaba, el "amor" que se tenían solo era su dependencia a no saber del mundo y que su cachorro sufriera sus errores.

Todo lo confirmo luego del nacimiento de Toshio, su lindo bebé de cabellos negros y ojitos azules iguales de redondos que los de su madre.

Se hundió en depresión nuevamente por creer que su físico ya no era atractivo, por los miles olores que detectaba en la ropa de su esposo y que nunca pertenecieron a él. Era rabia también, esa rabia de que en el momento que brindo su mano para aceptar los anillos de promesa, compromiso y el de su boda, se estaba encadenando a una vida de riqueza material pero carencia en lo sentimental.

Cada que preguntaba para hacer notar su preocupación hacía que terminaran en una pelea como la de la última vez, donde quizá sería la última vez que vería a su alfa, dueño de su marca y padre de su cachorro.

Se que son pocas palabras pero necesitaba darles transfondo a estos dos

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Se que son pocas palabras pero necesitaba darles transfondo a estos dos.

𝘿𝘼𝙍𝙆 𝙍𝙀𝘿 © 𝘉𝘒𝘚𝘏𝘔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora