Capítulo 8.1: Información

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Sus pisadas fuertes resonaban en los pilares que estaban a su alrededor, blancos y pulcros, sencillos pero atemorizantes por el silencio. Detrás suya, pisadas débiles que detonaban miedo y hostilidad, le seguía al soldado.

Nuevas noticias para todos en la torre, el tiempo estaba contando desde la desaparición del príncipe y ahora inicia con la regresiva. Se detuvieron en una gran puerta de madera, el solado tocó tres veces mientras que el mensajero seguía a sus espaldas.

-Un mensaje real.

Habló el soldado, se abrieron las puertas y siguieron su camino, el mensajero miraba todo anonadado; nunca había estado en una base militar tan elegante, rompía las normas al serlo tanto, podría ser la casa de algún noble en la capital, las armas y hombres al rededor mostraban una base militar.

Doblaron hacia la izquierda del pasillo, el soldado que le guiaba no le dirigió la palabra desde que bajó del caballo. Vio a dos azabaches de cabello corto hablar amenamente, el solado interrumpió su conversación.

-Shisui, príncipe Sasuke -ambos asintieron a sus nombres-. Acaba de llegar un mensaje real, solicito para entregarla a su príncipe heredero.

¿El título de príncipe a... Sasuke? El que debería recibir es de Infante, se cuestionó el mensajero. Duda mucho que al... Infante Sasuke, le guste su título real; su hermano debe haberle proclamado así, de otra manera seria perjurio llamarle príncipe.

-Dénmelo, se lo entregaré personalmente a mi hermano -extendió su mano y sintiendo nervios le entregó el sobre cerrado con el sello real.

Se retiraron ambos hombres dejando al guardián del príncipe heredero y el Infante del reino Uchiha juntos.

-¿Qué crees que suceda? -tanteó hasta cuánto podría sacarle información a Sasuke, su opinión verdadera.

-Mi padre... tiene que ver con ese doncel, algo habrá desatado el emperador del Sur -no parecía preocupado ni exaltado, manejaba sus emociones y sabía que esto lo solucionarían fácilmente.

-Debemos entregarle la carta al primogénito -pidió sutilmente el guardián, Sasuke asintió y con la carta en manos emprendió camino hacia los aposentos de su hermano mayor.

Caminó recto, cuando vio las escaleras anchas y blancas, con barandales dorados incluidos detalles muy costosos en cada uno. Que al final, cortando con la pared se dividía de derecha e izquierda, y volviendo a subir se llegaba al segundo nivel. Subió con esmero, el segundo nivel era más refinado que el primero; teniendo en cuenta que aquí se encontraba hospedada la familia real y un posible engendro que era el más buscado por las naciones de su alrededor.

Veía pinturas en cada pared, las paredes eran cálidas y te transmitían un enorme abrazo para consolarte de aquel invierno devastador. Pinturas de artistas actuales, todas demostraban elegancia y perfección, pero su colección de los Uchihas, la más importante no se encontraba en aquella torre.

¡Para nada! Aquella torre podría ser atacada y perder tanto arte...

Avanzaba, se veía cómo empezaba a cambiar el arte en uno más abstracto e incluso demasiado colorido para ser real. Cosas tan básicas pintadas de formas tan extrañas que para el gusto del Infante ya prefirió obviar, el nuevo inclino se aprovechó del lugar y hasta de sus paredes.

Si no le agradaba un cuadro, lo sacaba y hacía otro a la semejanza que él creyera que era arte. ¡Quién se creía! Respondía Sasuke internamente. Su complejo de superioridad le enfadaba, quería destruirle y que dejara la arrogancia; pobre Infante, aún no se miraba ante el espejo de la verdad. 

Ignoró el falso arte y se detuvo en una puerta de madera, tocó para solicitar la presencia del primogénito. Que no dudó en abrir.

No habló y sólo esperó que le respondiera su duda de la visita repentina a sus aposentos.

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⏰ Última actualización: Jun 27, 2023 ⏰

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