Capitulo 3

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"En mi cama olor a lujuria quedó... Y por las noches mientras sueño, tu aroma a perdición me acaricia... Haciendome recordar los días en los que era feliz"
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El moreno movía sus caderas de arriba para a bajo, mientras se tocaba el pecho, sus manos bajaban hasta sus entrepierna. El show era escándalo y sensual a los ojos de cualquiera, y obviamente también para el de ojos blancos, que miraba atentó de cada movimiento.

No podía poner atención a nada que no fuera el cuerpo bien tonificado del contrario, y las gotas de sudor que iban callendo por su piel morena.

Todos en el lugar estaban atentos pero la música paro y el show se acabó, el de ojos blancos salió del pequeño transe que avía tenido, miró su cuerpo pues se sentía exitado, y si, efectivamente, el moreno había despertado en el algo que no se podía hacer tan fácil.

Se levantó y fue al baño, se echó un poco de agua fría, mientras trataba de aclarar su mente, se metió a un cubículo y se sentó, tratado de regularizar su respiración y temperatura, cerro los ojos y su mente quedó en blanco, para el apenas habían pasado unos minutos, minutos de silencio y paz, fue hasta que el ruido de su teléfono lo saco de sus pensamientos.

Contesto la llamada sin ver de quién se trataba.

-¿Quien habla?- dijo aún con los ojos cerrados y un tono calmado.

-¿Cómo que quien? Habla Lee, Neji, ¿Dónde carajos te metiste?- al escuchar esas preguntas sus ojos se abrieron, salió de cubículo y después de los baños, miro al rededor y no distinguió a sus amigos.

-En ningún lugar, sigo en el bar ¿Porque?- pregunto mientras trataba de encontrarlos.

-Tenten y Ino hicieron competencia de quién aguantaba mas shots resulta que Ino puede tomar más de 36 shots- dijo con ironía el de cejas pobladas -Tuvimos que irnos, las chicas ya estaban muy mal, disculpa amigo, te dejamos solo - decía el contrario con pesadez en sus palabras.

- okey no pasa nada, voy a quedarme un rato aquí, te veo el lunes- dijo para después cortar con la llamada.

Se dirigió a la barra y empezó a beber, una copa tras otra, quería olvidarse de las cosas, quería olvidar lo sucedido en el baño, quería olvidar que si llegaba a su casa borracho lo golpearían, solo quería olvidar...

No sabía cuánto había tomado, no sabía ni siquiera que hora era, y tampoco sabía en qué momento termino en un motel besado a cierto chico de piel morena.

Tampoco le importaba saberlo, lo único que le importaba era que el beso, el beso era jodidamente bueno, mejor que cualquier otro que allá tenido.

Sus lenguas bailaban en un compás perfecto y su manos acunaban a la perfección el cuello del contrario, era como si fueran echos para encargar el uno con el otro.

Los besos subían de intensidad, ya no solo era en la boca, otros más se exparcieron por su cuello, abdomen y pecho, dejando marcas que obviamente iban a hacer visibles al día siguiente.

El chico que estaba sobre el se deciso de la ropa y de una estocada introdujo dos dedos en su agujero, hizo arquear su espalda y que un gemido saliera de su cuerdas bucales.

-Que lindo gemido~ es música para mis oídos- dijo el contrario con voz ronca y llena de lujuria.

Después de un vaiven con los dedos éstos fueron sacados con brusquedad, y con un movimiento repentino, cosa que hizo que el de ojos blancos emitirá un ruido de queja, que pronto fue acaparado por un gemido fuerte y chillón, no podía creer que el fuera capaz de sacar ruidos tan omsenos.

El contrario embestía su delicado cuerpo sin cuidado alguno, una tras otra, hasta que dió con el punto G, cosa que incremento los espasmos en su cuerpo y los gemidos.

El más bajó se agarró de la espalda del moreno, dejando rasguños que definitivamente no se iban a ir en unos días, pero que importaban? Los dos querían que todos y ellos mismos vieran la noche de lujuria que tuvieron.

Llegó un momento dónde el menor estaba sentado arriba del de piel morena, su ojos se encontraron y jurarian que brillaron más que el mismo sol, sus miradas eran ardientes, llenas de pasión y lujuria, pero nada más, no se veía amor o al menos eso pensaron ellos.

Al momento dónde su ojos cruzaron, cerraron el espacio de sus rostros, undiedo sus labios en un fugaz beso ardiente, dónde el menor no dudo en morder el labio del moreno, haciendo que este sangrara un poco, algo que seguramente se iba a notar.

Sus cuerpos se tocaron y rozaron una y otra vez, por horas hasta que los dos tuvieron su último climax, el menor estaba cansado quería dormir, quería cerrar sus ojos.

Mientras el moreno se metió a la ducha, cuando salió se vistió, agarro sus cosas y se marchó de la habitación del motel, no dijo nada, ni un pequeño ruido emitió.

El de ojos blancos no le dió importacia, tomó una ducha y aún con la bata se metió de nuevo a la cama, miraba como la lluvia caía y los rayos del sol iban apareciendo, dando señal de un nuevo día.

Los mechones de cabello caían por su cara y sus ojos eran tapados por estos. Cerro sus ojos con pesadez, con sueño, y antes de caer en los brazos de Morfeo sus labios, con una sonrisa pronunciaron la última palabra de su día.

-Shikamaru... Nara- sus labios se cerraron aún con una sonrisa y se transporto al mundo de los sueños, ya tendría tiempo para preocuparse por su familia.

Lujuria /Shikaneji/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora