BENJAMIN: LA HISTORIA DE LA MALDAD

Capítulo 8

"Este capítulo empieza donde se quedo el anterior"

Orfanato "San Román" 

La tensión en la habitación era palpable mientras los tres niños deliberaban sobre la propuesta de la directora Marge. Sabían que no podían confiar en ella, pero también temían las consecuencias de rechazar su oferta. Finalmente, Fátima tomó la palabra.

—¿Cómo podemos estar seguros de que cumplirá su parte del trato? —preguntó, tratando de mantener la calma.

La directora Marge esbozó una sonrisa siniestra.

—Confíen en mí, chicos. Si me ayudan a descubrir la verdad detrás de esa luz, prometo dejarles en paz y no volver a poner un dedo en ustedes

Fátima no estaba convencida y miró a Benjamín, buscando una señal de lo que deberían hacer. El niño, aún temblando, se aferró a la mano de Fátima, buscando protección.

Benjamin tomó una decisión.

—Está bien, aceptamos su propuesta. Pero debes prometernos que no nos harás daño y que no intentara detenernos si decidimos irnos después de todo

La directora Marge asintió con solemnidad, pero su mirada seguía siendo despiadada.

—Les doy mi palabra de que si cumplen con su parte, no les haré daño y no interferiré en su escape

Con cierto escepticismo, los tres niños aceptaron las condiciones. Sabían que tenían que jugar según las reglas de la directora para ganar tiempo y descubrir la verdad sobre la misteriosa luz. Sin embargo, no podían permitirse confiar ciegamente en ella.

La directora Marge los guió fuera de su oficina y los llevó a una sala de archivos. Allí, les mostró documentos y registros relacionados con los antiguos incidentes en el orfanato. Benjamín, Fátima y el niño examinaron los archivos con detenimiento, tratando de encontrar cualquier pista que pudiera revelar la verdad.

Descubrieron que los accidentes no eran realmente accidentes, sino que estaban relacionados con experimentos secretos llevados a cabo en el orfanato. Parecía haber una conexión entre los niños que habían muerto y la extraña luz que habían visto desde la ventana de la directora.

A medida que profundizaban en la investigación, los niños se dieron cuenta de que no estaban solos en su búsqueda de la verdad. Otros niños del orfanato también habían estado investigando y compartían información a escondidas. Se formó un pequeño grupo de niños valientes decididos a descubrir la verdad y escapar de las garras de la directora Marge.

Juntos, Benjamín, Fátima y el niño se sumergieron en un mundo de secretos y conspiraciones, encontrando pistas y descubriendo la historia oculta del orfanato San Román. Cada vez estaban más cerca de entender el propósito de la misteriosa luz y los peligros que acechaban a los niños del orfanato.

A medida que avanzaban en su investigación, también se dieron cuenta de que la directora Marge estaba vigilándolos de cerca. Era evidente que no cumpliría su promesa de dejarlos ir en paz una vez que descubrieran la verdad. Los tres niños sabían que debían estar preparados para enfrentar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.

Decididos a liberarse de la opresión de la directora y proteger a los demás niños del orfanato, Benjamín, Fátima y el niño se preparan para enfrentar el desafío final. El misterio de la luz y la verdad detrás de los experimentos del orfanato estaban a punto de ser revelados, pero también lo estaban los peligros que acechaban en las sombras.

Con valentía y determinación, los tres niños se adentraron en el corazón del misterio, dispuestos a arriesgarlo todo por la verdad y su libertad. La batalla final contra la directora Marge y sus secretos había comenzado, y solo el tiempo diría si saldrían victoriosos

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Casa de Alejandro

Diego se sintió intrigado por la fotografía y comenzó a especular sobre quién podría ser el bebé en la imagen. Se preguntó si tal vez era un hijo anteriormente desconocido para Alejandro. La curiosidad comenzó a consumirlo, y decidió confrontar a María con sus sospechas.

Una tarde, cuando Alejandro estaba ocupado en su empresa, Diego se acercó a María en la cocina. Ella estaba preparando la cena, pero su expresión era distante y apática, como si estuviera absorta en sus propios pensamientos. Diego decidió aprovechar el momento para plantearle sus dudas.

—Señora María, ¿puedo preguntarle algo? —dijo Diego tímidamente.

María levantó la mirada y asintió sin mostrar mucho interés.

—Encontré una fotografía en un álbum de fotos. Es de un bebé y en la parte posterior está escrito "Mi querido hijo, siempre te amaré". ¿Quién es ese bebé? ¿Tiene otro hijo?

María se quedó en silencio por un momento, su rostro mostraba una mezcla de tristeza y nostalgia. Luego, suspiró y se acercó a Diego, sentándose frente a él en la mesa de la cocina.

—Ese bebé en la fotografía es mi hijo. Pero ya no está con nosotros. Murió cuando era apenas un bebé —dijo María con voz temblorosa.

Diego quedó sorprendido por la respuesta. No se esperaba esa revelación y sintió un nudo en el estómago. No sabía cómo reaccionar, pero pudo percibir el dolor en los ojos de María.

—Lo siento mucho, señora María. No sabía. No quería traer malos recuerdos —balbuceó Diego, arrepentido por haber tocado ese tema tan sensible.

María forzó una sonrisa triste y puso una mano sobre el hombro de Diego.

—No te preocupes. No es tu culpa. Fue un tiempo muy difícil para mí y Alejandro. Andrés fue un rayo de luz en nuestras vidas, pero su partida nos dejó un vacío irremplazable. A veces, el dolor es demasiado abrumador y no sé cómo lidiar con él

Diego sintió compasión por María y comprendió que su actitud distante y fría no era sólo hacia él, sino una forma de protegerse del dolor. Se dio cuenta de que había sido injusto juzgarla tan rápido y decidió hacer un esfuerzo adicional para entenderla y brindarle apoyo.

—Solo te pido que no comentes este tema con alejandro, no quiero que se entere de que tu encontrarte eso y que yo te conté la historia, es mejor que todo este tema se quede y muera aquí—Dijo maría con una mirada fría entre sus ojos

El infante asiento con su cabeza.

—Y para estar conforme de que cumpliras lo que te digo, necesito que me des la foto

Diego no sabía si darle la foto o no, pero sabía que al final era de ella, no de él, así que tranquilamente se la entregó.

—Bien, sabes, no debiste meterte en cosas que no te involucra—ella rompe la foto en ese momento

Diego se sorprendió al ver eso, pero no dijo nada, solo pensó que María se molestó por lo que hizo, este se fue con mira baja a su habitación

[... ]

Después de ese día, Diego intentó acercarse a María, mostrándole comprensión y empatía.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de Diego, la relación entre ellos dos seguía siendo tensa. Los desacuerdos se volvieron más frecuentes y el ambiente en el hogar se volvió cada vez más hostil. La felicidad que Diego había sentido al principio se vio empañada por la constante tensión y falta de armonía.

Diego se encontraba cada vez más atrapado en el conflicto. Aunque anhelaba la estabilidad y el amor de una familia, comenzó a preguntarse si había hecho lo correcto al unirse a este hogar. La incertidumbre y la tristeza comenzaron a consumirlo, y se preguntaba si alguna vez encontraría un verdadero sentido de pertenencia y felicidad duradera.