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(No sean lectoras fantasmas voten y comenten porfa)

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Eran casi las doce del mediodía y Verónica se dirigía a dónde Roman se encontraba ya que Brian no era santo de su devoción y Roman aún no confiaba en él y Bilkins no era una opción y Brian pensó que tal vez Verónica sería una compañía más agradable para el moreno y efectivamente sus sospechas eran ciertas.

Verónica estacionó su auto al ver a Roman el moreno apenas la castaña estaciono se acercó hasta ella para apoyarse en la ventanilla de la puerta del piloto.

—Vaya. Creo que la palabra princesa no te define. —Dijo Roman mirándola con una mini sonrisa

Verónica se quitó sus lentes—Creo que idiota es la que te define a ti.—La castaña volteo a verlo

Sus rostros estaban tan cerca pero ninguno se inmutó, eran muy orgullosos para hacerlo.

—Si. Creo que me agradas.—Dijo Roman mirándola

Verónica suspiró—Vas a subir o vas a seguir hablando?—Verónica lo miro

Roman no dijo nada así que rodeo el auto de la castaña sin quitarle la mirada al auto, el auto era tan llamativo y único como su dueña, una vez Roman estuvo dentro del auto la castaña arranco.

Ambos en silencio Verónica estaba concentrada en el camino pero podía notar y sentir que Roman no le quitaba la mirada de encima, Roman se encontraba analizando lo bien que se veía Verónica de perfil lo hermosa que se veía concentrada mientras conducía.

—¿Quieres decirme o preguntarme algo?—Pregunto Verónica sin quitar la mirada del camino

—Tienes un auto hermoso.—Dijo Roman—Pero tu lo eres más.—Si al parecer Roman no tenía ni una pizca de timidez

Aunque ese cumplido movió algunas cosas dentro del estómago de la castaña siguió con la misma expresión de siempre aún sin apartar la mirada del camino.

—¿Siempre eres así?—Pregunto Verónica desviando el tema

—¿Así como? Explicate mejor muñeca.—Dijo Roman

Verónica ignoro el apodo.—Así de directo. ¿Siempre dices lo que piensas?—

—Si.—Dijo Roman—¿Y tú siempre eres así?—Pregunto Roman mirándola

—¿Así como? Explícate mejor Pearce.—Roman sonrió al escuchar las palabras que el había dicho anteriormente

—Así de callada. No está mal pero te vendría bien un poco de diversión.—Dijo Roman

—¿Que tipo de diversión crees que necesito?—Pregunto Verónica mientras giraba el volante

—No lo sé, tal vez salir con alguien.—Verónica lo miro a los ojos aún sin dejar de conducir

Toretto.     Roman Pearce Donde viven las historias. Descúbrelo ahora