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Roman y Verónica ya se encontraban en Río el viaje según Verónica fue agotador pero Roman estaba fresco como lechuga, apenas pisaron Rió fueron a la dirección que Brian le envío a Roman.

No sin antes pasar por un lugar de comida rápida ya que Ronnie tenía hambre y vaya que si Roman no entendía porque comía más de lo normal su esposa hace días lo había notado pero el pobre no sabía que ahora su esposa comía por dos.

Ronnie fue la primera en bajar del auto y mirar a su alrededor.

—Ronnie —Roman la llamo, Verónica volteo a mirarlo—no te enojes muñeca pero...has estado comiendo mucho ¿te sientes bien?—le pregunto

El corazón de Verónica se aceleró ¿Lo había notado? Roman por lo general siempre estaba en su mundo y no se daba cuenta de nada.

Aunque el moreno siempre esté en su mundo siempre estaba atento a ella.

Iba a responderle dulcemente como lo hacía siempre pero las hormonas del embarazo ya estaban comenzando a afectarle.

—¿Que quieres decir?—le pregunto de forma arisca—¿Estás insinuando que estoy gorda?—

Roman abrió los ojos y la miro algo asustado Verónica tenía un carácter fuerte que llegaba a asustarlo pero le extrañaba ese tono que había usado con el.

—¿Que? No, yo no dije...más bien no quise decir eso—exclamo Roman intentando explicarle a Ronnie

La castaña se cruzó de brazos—osea que admites que si me dijiste gorda?—respondio Verónica

—No. No dije eso—le dijo Roman

—¿En serio? Bueno eso fue lo que salió de tu boca—dijo Verónica mirándolo

—tu sabes que no fue lo que dije—se defendió Roman—solo que te ves...—

—¿Que? ¿cómo me veo? estás queriendo decir que me veo gorda y que ya no me veo linda?—pregunto Verónica no sabía si eran las hormonas o si quería pelear

Roman frunció el ceño—¿¡Que!? No, no diría eso...tu siempre te ves hermosa...lo que quise decir fue...—dejo de hablar al sentir la fulminante mirada que le mandaba la castaña

Y podrían haber continuado con su pelea sino fuera por el ruido de un auto, Ronnie sonrió en grande al ver a Tej bajar de el paso de estar enojada con su esposo a estar feliz confundiendo a Roman.

Tej miro a la pareja—¡No es cierto!—exclamo cerrando la puerta del auto—Veo que finalmente tocaron fondo—dijo Tej caminado hacia ellos

Roman lo miro—Eso parece ya que tú estás aquí—exclamo

—¿Cuando le daras su auto a Martin Luther King?—Ronnie le pregunto a Tej

—Cuando tu "noviecito" le devuelva a Rick James su chaqueta—le respondió Tej

Toretto.     Roman Pearce Donde viven las historias. Descúbrelo ahora