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I just can't convince myself that I can't touch the stars or make them shineFight the tide until the day we dieBut you know I'll tryFor you I'll try

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I just can't convince myself that
I can't touch the stars or make them shine
Fight the tide until the day we die
But you know I'll try
For you I'll try

El sol había salido a ocupar su lugar en lo más alto del cielo, llevando su claridad a través de unas delgadas cortinas. Los rayos apacibles golpearon el rostro de SuNoo sacándolo de la ensoñación. Sus orbes azules inspeccionaron todo a su alrededor. Su mano derecha, por inercia, lo primero que hacía era posarse sobre su ahora plano vientre, recordándole a SuNoo que ya no había nada allí. Estúpida costumbre.

Estiró sus brazos para luego levantarse de la cama. En la cama siguiente, estaba Clark quien también recién se despertaba. Ambos se brindaron unos amables "Buenos días".

Clark se levantó sin mucho pensarlo—Debemos irnos ya.

—Lo sé y...—Las palabras del castaño quedaron en el aire cuando vió una línea de sangre salir por la nariz de Clark—¡Tu nariz!

Clark llevó su mano allí para percatarse de que, efectivamente, estaba sangrando. De pronto se sintió algo aturdido, SuNoo no pensó dos veces para correr en su auxilio.

—Toma asiento—El rubio obedeció—. ¿Necesitas un médico?—Realmente se mostró preocupado por la salud del joven.

—No no no no—Agarró una de estas toallas de decoración que siempre ponen sobre las camas para poder limpiarse el sangrando.— Estoy bien, es algo normal, me pasa desde que era niño. Solo necesito un poco de hielo.

SuNoo hizo lo solicitado, fue a la nevera de la habitación para poder sacar algunos trozos de hielo de la heladera. Rápidamente, agarró las toallas decorativas de su cama y envolvió los trozos de hielo en ella.
Volvió al lado del chico que parecía que en cualquier momento se desmayaría.

—Aquí está. Permíteme— Apartó la mano del rubio que retenía el sangrando y con cuidado, acercó la toalla con hielo su nariz, justo debajo de los orificios, el sangrado parecía no querer parar.—Déjame saber si te duele—Afincó un poco más la toalla.

SuNoo tomó asiento justo al lado del rubio para poder atenderlo mejor y sostener los cubos de hielos por él. La verdad, quizás hubiese sido un médico excelente; siempre tenía la idea de que todo el mundo necesita ayuda de vez en cuando y que si en sus manos estaba, claro que ayudaría.

—No duele, solo molesta.—Clark sujetó la muñeca de SuNoo para apartarlo, no merecía aquella atención, según el, no era para tanto—. En verdad señor Kim, no se moleste.

SuNoo renegó, rehusándose a dejar su trabajo.—Eh eh, no te atrevas.—Volvió a su posición anterior—Recibir ayuda no es malo y deja de llamarme señor Kim, dime SuNoo.

SuNoo vio el agradecimiento en la mirada gris de Clark, era sincera y amable, casi cálida. ¿Que habrá pasado en la vida de este chico para que terminara trabajando con alguien tan miserable como SungHoon?

el precio del placer ♯݊ˢᵘⁿᵍˢᵘⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora