𝟏𝟏

958 119 45
                                    

Mes 2

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mes 2

La vida para SuNoo no había sido justa. Claro que no. Y mientras más pasaban las semanas, más se percataba que seguir con ese embarazo fue la peor decisión. Cuando comenzó el segundo mes fue dónde pudo sentir en carne propia lo que era pasar toda una jodida tarde de rodillas frente al retrete, vomitando hasta lo que había comido en diciembre. Justo como esa tarde, se suponía que debía estar en su escritorio terminado unos diseños para la próxima temporada; en vez de eso, estaba de rodillas frente al retrete con un JungWon totalmente inútil a su lado observándolo con cara de asco, claro, como si el maldito morocho no pasó por lo mismo. SuNoo recuerda las horas muertas que se pasaban en el baño, JungWon pálido y SuNoo rogándole porque le dijera quién era el padre de su hija, sin embargo, hasta la fecha no ha obtenido respuesta de aquello.

—Quiero morirme.—Dijo SuNoo. Su rostro blanco como el papel y sus pupilas dilatadas.

La risa graciosa de JungWon invadió la habitación.

—Te entiendo. No seas tan nena.—Respondió su cómico amigo mientras le pasaba un pedazo de algodón con alcohol, el cual SuNoo agradeció con el alma.—Verás que valdrá la pena... Sin importar quién sea el padre... Valdrá la pena cada maldito segundo.

La pena en la voz de JungWon destapó el corazón ciego de SuNoo, quién se preguntaba a cada segundo si valió la pena seguir con él embarazo y cuando se hacía aquella pregunta, solía tocar su plano vientre y recordar que allí crecía una criatura, que era su hijo, suyo y de nadie más.

—Lo sé...—Se limitó responder.—Wonnie...—Bajó la cabeza para evitar que su amigo viera sus lagrimales.—No sé que haré... Pronto esta barriga va a crecer como un puto globo y...

—Te iras.—Sentenció.—Te iras porque te tomarás unos meses sabático. Lejos de Jake.

La mirada extraña que SuNoo le dedicó a su amigo le dejó dicho dos cosas: la primera era que, no entendió ni mierda y la segunda, era que ¿Cuando coños JungWon pensó todo aquello?

—No me mires así. Piénsalo, ya para tu quinto o cuarto mes no podrás ocultarlo. Puedes irte por unos meses hasta que des a luz.—Vio como su amigo intentaba ponerse de pie, apoyándose del lavamanos. Le ayudó.—Sun, a estas alturas no creo que tengas muchas opciones. Puedo hablar con Haerin. Ella sabe de un lugar donde...—. En ese momento, las palabras se hicieron pesadas para el morocho y SuNoo supo a que se refería.—Bueno.

SuNoo ni siquiera supo que responder, no sabía. ¿Dar a su hijo a una casa hogar? ¿Tendría el valor? No pudo responderse así mismo. En medio de aquella conversación la voz de la secretaria de SuNoo de nombre Merlí, sonó.

—Señor Shim. El señor Park lo busca.

Maldita sea. Su día ya no podía ponerse peor. ¿Qué SungHoon no podía, por tan solo un maldito día dejarlo en paz? ¿Acaso sería eso tan imposible? En ese instante y por seguro, SungHoon era la última persona a la que deseaba ver. No soportaba saber que había pasado parte de su tarde frente a un retrete vomitando todo su desayuno por culpa de un capricho convertido en obsesión.

el precio del placer ♯݊ˢᵘⁿᵍˢᵘⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora