Capítulo 2

437 39 0
                                    

— ¿Qué fácil es reemplazarme no? No ves mis lágrimas pero estoy llorando

— Ey…Deja de jugar con esas cosas, ¿qué querías?

— Preguntarte si querías que te invitara a desayunar, tengo un descanso de dos horas en mi empresa antes de irme a Busán hasta la tarde noche.

— Oh…¿Así que quieres que tu ex pase contigo el día de San Valentín? Un poco raro, ¿no? — El rubio hizo una mueca sonriente, y cuando iba a responder, el castaño se apresuró a hablar primero.

— Bonita y original manera de rechazarme, te levantaste con el pie izquierdo ¿Verdad?

— Podría decirse que me partieron la pierna izquierda nada más levantarme…

Y ahí Hyunjin notó preocupación por parte de Minho al preguntarle si le habían pegado literalmente y pedirle la ubicación, por lo que le explicó el motivo de aquella broma.

— Oh…así que de aquí a seis meses podrías cerrar tu empresa…pero eso no es opción para mí ¿De qué cantidad estamos hablando?

— 10.000€…

— ¡Cómo apostaste tanta cantidad en un negocio novato! No suena razonable viniendo del Hwang Hyunjin del cual me enamoré, ¡Ni a mí me diste tanta cantidad!

— ¡Oye, ni siquiera me lo pediste, cómo te lo iba a dar! Si lo hubieras necesitado sabes que te lo hubiera dado, después de todo seguimos siendo amigos.

— ¡Ah…! Otra friendzoneada…

— Deja de hacer el tonto Minho… entonces ¿Me vas a ayudar?

— Eso lo podemos conversar en el desayuno que tenemos pendiente hoy a las 11:00 ¿No te parece?

Sinvergüenza. Descarado. Así era él. No cambió desde que se conocieron por primera vez hace tres años.

Rompieron por no tener tiempo suficiente para nosotros, la relación se sentía de dos conocidos empresarios que viajaban a sitios opuestos sin parar, por lo que fue de mutuo acuerdo y seguimos manteniendo una buena relación de amigos.

Pero la verdad es que para Hyunjin era raro llamarle amigo a secas, sin tanto apodo amoroso, porque pese a que él no era muy cursi, Minho podía sacar esa parte que creía no tener, por lo que siempre aceptaba lo que le decía al saber atacar sus puntos débiles.

Realmente se conocían demasiado bien el uno al otro.

Sin más espera, acabó de vestirse y fue corriendo para encontrarse con el castaño en el restaurante donde acordaron por Kakao Talk.

Break the rules | hyunhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora