Capítulo 16

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Minho agarró de la camisa a Hyunjin y, con paso ligero, le llevó hasta su habitación.

Le soltó para meter la tarjeta y, cuando pasamos, giró su cabeza para mirar al rubio.

El castaño tenía una mirada misteriosa, intimidante, profunda.

Era como un imán para los de Hyunjin, pues en ningún momento pudo quitarle la mirada de encima.

— Hyunjin, dominame

Realmente iban a acabar lo que un día empezó con un Hyunjin borracho en el sofá de su casa, pero…  ¿Y después? Después de lo que harían y del viaje de negocios… ¿Qué serían? Hyunjin no podría acudir a su casa como si nada hubiera pasado porque su corazón sabía que sí había pasado algo, y era él.

El menor cerró la puerta de nuestra habitación y le acorraló en la pared para besarlo.

Rápidamente sus lenguas empezaron a jugar entre sí y cada vez querían más del otro, por lo que Hyunjin comenzó a quitarle la camisa y a bajar su mano por sus pantalones.

El gemido tan profundo que Minho dejó salir mientras le besaba hizo que la piel del rubio se erizara y volviera a sobresalir aquel bulto de su entrepierna.

Se separaron por un momento con la respiración agitada, ya no había marcha atrás y aunque la hubiera, sus cuerpos estaban tan sumergidos en aquello que eran dos imanes unidos.

El castaño también procedió a quitarme ropa y ambos nos quedamos en boxers.

Después de esto le cogió de la mano y se sentó en la cama, así que entendí lo que quería que hiciera, el menor se tumbó encima de él y, con los boxers puestos, comencé a besarle de nuevo mientras nos rozabamos.

Sus labios fueron navegando por todo su cuerpo como si de un viaje se tratara, primero sus labios, después su cuello, fui bajando hasta sus clavículas, se detuvo en los pezones del castaño para jugar un poco con ellos, y en su cara de placer pude notar que eso le gustaba, y que el rubio lo estaba haciendo sentir como el mismo cielo.

Fue bajando por todo su abdomen hasta llegar a la causa que había hecho que sus boxers fueran un completo desastre.

Fue bajando poco a poco dicho bóxer y con la punta de su dedo tocó su intimidad desde el principio hasta la punta, y vi cómo Minho se mordió la boca de la impaciencia que tenía por querer que lo dominara

Esta vez hizo lo mismo con la punta de su lengua y el jadeo tan grave que Minho soltó hizo que Hyunjin fuera otro desastre.

Se quitó sus boxers y, mientras lo hacían, pudieron experimentar cómo era estar en el infierno y en el cielo al mismo momento.

Las embestidas del menor fueron desde lo más lento pero profundo a cada vez incrementar la velocidad.

Aquella habitación fue testigo de la pasión que aún seguían teniendose, pues nunca se fue.

Sus jadeos y gemidos de placer eran la más perfecta armonía que pude oír, y cuando ambos llegaron al climax, sintieron estar en el mismísimo paraíso.

La belleza dentro del caos.

Break the rules | hyunhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora