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—¡Una! ¡UNA! ¡Cha-Chan-ah! —el aludido nunca había sentido tanta falta de aire y tantísima adrenalina recorrer sus venas en tan poco tiempo, jamás había corrido un tramo extenso en unos segundos, pero no se paró a pensar en ello, su Omega le estaba llamando a gritos desde la habitación y lo que menos le interesaba era saber por qué tenía su cuerpo se volvió un cubo de hielo andante.

—¿¡Qué pasó!? ¿¡Estás bien!? —tres almohadas y un peluche fueron lanzados como proyectiles de máxima seguridad, ni siquiera se movió—. ¿Jeongin?

—Ve-Vete, estoy aireando —le ordenó y le vio bajar de la cama con un camisón blanco de seda, era por debajo de sus rodillas y el chico de menos de 1,60 se confundiría muy fácilmente con un pitufo deambulando por la enorme habitación.

El Alfa argumentaba, hacía hipótesis, calculaba posibilidades e incluso se hizo un mapa conceptual de lo que su pequeño y bonito Omega había hecho en el día, buscando como un dramático y loco una respuesta coherente del porqué Jeongin gritó su nombre.

—¿Jeongin?

—U-Una cucaracha entró a casa —dijo sutil con un pucherito decorando sus carmines labios, cerró la ventana y corrió las cortinas de colores oscuros.

Muy Alfa y muy fuerte pero su cara perdió gota de color por una simple mención de "cucaracha"

—¿Y? ¿La sacaste? —preguntó agachándose un poco, todos los radares encendidos para buscar ese insecto por el suelo, el bonito Omega mantenía en su cama un montón de ropa junto a sábanas y edredones enredados, tenía incluso una mesita donde diversas botellas de leche de plátano estaban dispersas junto a envoltorios de galletas y bollitos.

Chan denominó aquello cómo apropiación de territorio puesto que él no podía pisar el suelo de la habitación, existían sus excepciones y eran claras y concisas. Solo podía pasar para traer más comida y cuando el Omega quería dormir calentito junto al Alfa, también Chan tenía que sacarlo de la cama para bañarlo y obligarle a dar un paseo cada dos días.

—Nope, cre-creo que se fue por ahí —musitó tranquilo olfateando sin disimulo al azabache, apenas el agrio olor a preocupación llegó a él, se encargó muy rápido de sacar esa peste y no dudó en tomar la almohada que le sobraba para arremeter contra el azabache—. ¡M-Me apestas el nido!

—Jeonginnie

—¡La-largo, Alfa tonto!

Al igual que sus instintos combatían con él para tener un lugar calentito y seguro para cuidar de su cachorro, Jeongin defendía ese lugar seguro y si su Alfa ponía en riesgo su monótono nido, él le echaría. Chan tenía muy claras las reglas del nido y lo que debía hacer para tener a su pareja y cachorro felices, pero extrañaba a su Omega y pasar tiempo con él era imposible, aunque ambos estuvieran en el departamento, Jeongin se mantenía escondido en su nido y él mataba las horas frente a un televisor porque, oh sorpresa, tampoco puede salir.

su estancia en casa proporciona protección al menor así que debe estar siempre para él. No sabía qué tan complicado era tener que cuidar a un Omega embarazado y menos el desgaste que ello conllevaba a lo largo de un solo día.

Apoyándose en la puerta desde fuera, pensó en posibles distracciones, por lo menos algo que no significara tener sus ojos pegados a una pantalla, como las anteriores semanas.

Y su retoño es un minúsculo frijol de un mes y medio.

Y su retoño es un minúsculo frijol de un mes y medio

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Whiny Baby Noises² ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora