Whiny Baby Noises² ☘ ChanIn

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Chan no había postulado para dedicarse a algo distinto que le sacara de una oficina, mucho menos prestaba atención a oficios diferentes o cotidianos, poco sabía de repostería a comparación de su Omega, éste amaba la cocina y todo lo que relacionara el azúcar con su pasión. Y puesto allí, detrás del castañito llorón, no terminaba de convencerse del todo.

"Prepararemos tortitas" dijo con lágrimas el castañito, más a una propuesta sonó a una orden que no podía ignorar o aplazar, la decisión estaba tomada ya. Alzando su cuerpo con cuidado, le sacó del nido escuchando sus gruñidos inconscientes, se abrazaba a su cuello y apoyaba su cabecita en su hombro, buscando comodidad en aquella posición.

Llegados a la cocina el Alfa sostuvo al gestante por varios minutos hasta que éste pidió que le dejara en el suelo, no corrieron los segundos muy rápido cuando el Omega tocó el suelo con sus piecitos desnudos, de hecho un escalofrío le hizo sollozar al instante. Así que ahora permanecía reacio y molesto en una banca, hecho un rollito de manta calentita que Chan se encargó de enrollar en su cuerpo hasta ser gemelo de un sushi gigante. No estaba tan incómodo, pero en aquella forma no podía ayudarle a cocinar.

Él se dedicaría a dar órdenes.

Chan practicaría repostería por primera vez.

—Busca la harina —musitó con desgana— La leche... y huevos —como lobito obediente el azabache se dirigió a la despensa y tras localizar los paquetes de cartón de la harina, tomó dos y volvió a la isla, dando un viaje más a la nevera, donde se adueñó de un cartón de huevos y dos briks de leche— Levadura.

Bang quedó en el limbo.

—¿El qué?

—L—las tortitas no crecen sin le—levadura, búscala Ggukie -Puchereó meneando sus piecitos suavemente sin llegar a rozar sus deditos en el suelo.

Bien, solo buscaría algún envase o recipiente que tuviera la etiqueta del ingrediente, no podía ser tan difícil. Asintió y regresó sobre sus pasos pensando seriamente en el nombre, ¿cómo era la levadura? ¿Un paquete de cartón como la harina o un botecito como el de la esencia de vainilla? Antes que nada, ¿en qué estado estaba? ¿Líquido o sólido?

—Amor —susurró ojitos saltones se asomaron con miedo sobre el Omega que le vio por el rabillo del ojo con desinterés— ¿Cómo es la levadura?

Tal vez no debía de preguntar, por sus luceros oscuros vislumbraban las brillantes lágrimas gruesas.

—N-Nunca me escuchas, n-nunca pres-prestas atención a-a lo que te di-digo —Chan palideció, haciendo un puchero triste en consecuencia.

—Tete perdón, no sé qué es la levadura -Ahora su rostro enrojecido se dirigió a él mientras sorbía su naricita carmín.

—Las bolsitas transparentes, t-te lo he dicho mu-muchas veces, Alfa tonto —le vio hacer una reverencia muy exagerada y se mantuvo en ella por segundos.

—Lo siento mucho cariño, el vocabulario de tu carrera nunca me lo aprendí tan bien, lamento molestarte —el orgulloso Omega rechazó la mirada y la centró al otro lado de la cocina.

—T-Tonto...

El culposo sentimiento se adueñó del que se dio por aludido con tal apodo degradante, yéndose otra vez a la despensa a buscar las bolsitas transparentes que decía su lobito mimado, encontrando rápidamente muchos de los sobrecitos dentro de una caja de metal con una gran etiqueta decorada con pegatinas y tipes decorados. Se notaba que el Omega castaño era un pequeño decorador de interiores poco espaciosos, le gustaba pintar lugares vacíos y poner su marca personal en cosas tan poco llamativas como lo sería aquella cajuela metálica sin gracia alguna.