˚ ⁀➷ Especial

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—Yeji ya está dormida... —la sedienta voz de Chan logró erizar sus vellos al instante, el cosquilleo en su pecho provocado por su coqueto lobo le hizo replantearse lo escuchado—. Tenemos una larga noche por delante, amor... —Bang se movió hasta él, traicioneros toques le obligaron a dejarse caer en su pecho, su cintura fue tomada por el Alfa y era sumamente sensible por toda esa zona.

Desde que esa mañana le advirtió de la cercanía de su celo, había estado provocándole indirectamente pues el Alfa había jugado con él en su celo y se atrevió a utilizar su mismo método como venganza. No tomó en cuenta cuán diferentes eran las reacciones de sus lobos y cuerpos, era obvio que el Alfa solo acertaba a dominar y él tenía a un sumiso lobito caliente, acatando todo lo que de sus labios saliera.

—Channie... —entre el jadeo previo y el nerviosismo de su sistema, Jeongin se ciñó al agarre, sus manitas gorditas haciendo el primer contacto de sus pieles febriles y deseosas de tocarse por mucho más tiempo.

Como si su voz fuera el mejor detonante existente, algo en Chan reaccionó con furor, apretando el cuerpo esbelto y suave del Omega contra el suyo le hizo saber que necesitaba una atención más exacta.

No era brusco y no mezclaba los instintos con la realidad, era demasiado consciente de su celo y de lo que debía de hacer en este, de los controles que se implantaba él mismo para tratar con cuidado a la personita que le acompañaba. Su Omega tenía gran disfrute en las sesiones de amor carnales, aun así, sabía medir sus acciones. Si el chico disfrutaba, él seguía, si Jeongin hacía una mínima queja dolorosa, él paraba.

—Jungwon y Yeji están en la cama, nos toca darle utilidad al sofá, bonito... —Chan volvió a decir, su nariz pasando por las hebras del bajito chico con deseo, amaba el aroma a bizcocho de su lobito, amaba que este aroma tan dulce fuera mezclado por feromonas mucho más fuertes que le indicasen que era suyo.

Porque Chan estaba a nada de dejar sus colmillos enterrados en la jugosa piel del Omega, inyectar sus propias feromonas y de esa forma proclamarlo como suyo ante la Luna, hacerle saber a todos los que se fijaran en él que tenía a un Alfa que le cuidaba, que mataría por él.

—No sabía que no esperarías a...

—¿Esperar? ¿Es sinónimo de tenerte entre mis brazos mientras hacemos el amor? Si no es el caso no quiero saber de eso, te quiero ya —un escalofrío recorrió mortalmente la columna vertebral del castaño, los jadeos sedientos e incontrolables del Alfa le estaban afectando de manera cruel.

Su Omega ya buscaba una unión, igual que el Alfa.

Alzando su cuerpo pequeñito y esponjocito le hizo enroscarse en su cintura, por fin viéndole a esos ojos tan brillantes e inocentes, pasando a aquellos belfos finos que se hacen de desear cuando los momentos de calor abrasan al mayor, cuando únicamente necesita saborearlos con cuidado y perseverancia.

Adora todo de su pareja, pero hay ciertas cualidades que hacen que enloquezca al completo con una simple imagen mental, hay cosas en su pequeño que realmente pueden acabar con él si Jeongin se lo propone.

Se movió con él hasta el salón iluminado por una lámpara de tenue luz, haciendo contraste la luminosidad de aquella bonita ciudad que les saludaba en el exterior, si los vidrios no fueran mateados, posiblemente no se arriesgaría a poseer a su Omega en aquella sala. Pero puestos allí no había absolutamente nada que frenase sus impulsos y añoranzas, su respiración ya erraba a los segundos, el cuerpecito en sus brazos comenzaba a temblar de impaciencia.

Y sonrió satisfecho, sabía que Jeongin no se entregaba a él por obligación en su celo, había deseos de su parte también.

—Estás ansioso, pequeño mío —le susurró con la voz más profunda, apoyando la espalda del castaño en el sillón con cuidado. Por fin colocándose en una posición cómoda que le permitiese verle a los ojos mientras hacía lo suyo más abajo.

Whiny Baby Noises² ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora