۫ ּ ֗ ִ ۪ 012 ˑ ִ ֗ ִ ۫

1.3K 164 6
                                    

˖ ࣪ . BALLET࿐  ˚ .
Maratón 5/5

“La vida es un aprendizaje de renunciamiento progresivo, de continua limitación de nuestras pretensiones, de nuestras esperanzas, de nuestra fuerza, de nuestra libertad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

“La vida es un aprendizaje de renunciamiento progresivo, de continua limitación de nuestras pretensiones, de nuestras esperanzas, de nuestra fuerza, de nuestra libertad.”

Eso fue lo que ella le dijo.
Las veces en las que se pasaba horas aprendiendo de la gente del cielo.

Cuando una nueva experiencia cruzó los límites que una mente como la suya era capaz de imaginar, lo extremadamente desconocido llegó a sus tierras y la interacción con diferentes seres perduró en su mente como una señal de aprendizaje. En especial esa mujer, que con una simple sonrisa era capaz de encantar sus sentidos, tan amable con ella y algunos de los niños del Clan que extrañamente se veian recelosos de su presencia ¿de donde venían? ¿Por qué eran tan diferentes a ellos? ¿Por qué tenían 5 dedos y no cuatro como ella?
La intriga de una niña curiosa de apenas 4 años que con la aceptación de su abuela, la Tsahik, era que podía estar aprendiendo de aquellos extraños Na'vis llamados "Avatares".  A su parecer, las personas del cielo eran ingeniosas sin embargo seguía sin entender cómo habían llegado de tan lejos y como era su estrella llamada tierra de la cual aquella mujer nunca hablaba.

Ella era una madre para algunos niños del Clan, una madre que como decían los otros fue mensajera de Eywa para enseñarles que no todo en el exterior era malo. Ella le enseñaba mucho y ella aprendía cada minúscula cosa que ella dijera, incluso si un suspiro salía de ella podía notar la gran diferencia con la que lo hacía.
Pero aún así seguía preguntándose ¿quien era ella? ¿Por qué los trataba tan bien? ¿Que hacían ahí? Incluso si tuviera que preguntar lo haría pero aquella respuesta siempre era desviada al tema de "queríamos saber más del universo" y le aprecia curiosa aquella respuesta ¿por que escapar de tu hogar en busca del conocimiento que no ayudaría mucho?

Independientemente de lo que su pequeña cabeza pensase sabía que las cosas extrañas que traían ella y aquel muchacho que siempre estaba con ella eran cosas que de una manera u otra llamaban y ocupaban su atención casi el 100%.

—¿Dices que en tu Pandora todos tienen 5 dedos? —preguntó curiosa.

Así es pequeña Ean. —respondió la mujer, sonriente.

—¿No hay ninguno que tenga 4 dedos como nosotros? —preguntó insistente.

—No, bueno solo son casos muy especiales en algunos pero naturalmente solemos tener 5 dedos.

𝐄𝐀𝐍𝐀𝐓𝐀𝐍 | 𝖭𝖾𝗍𝖾𝗒𝖺𝗆 𝖲𝗎𝗅𝗅𝗒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora