3.- Espero que no... (Parte 1)

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Con el pasar de los días, lo que había iniciado como una cordial e inofensiva convivencia, fue dando paso a emociones mucho más profundas. Las miradas en un principio inocentes, comenzaron a volverse profundas e intensas y ella, tenía la enorme capacidad de robarme el aliento con solo mirarme por unos segundo, detener mi corazón a voluntad con sólo una sonrisa, enmarcada por esas sutiles hendiduras en sus mejillas e incluso, tenerme de rodillas a sus pies con sólo susurrar mi nombre.

Te puede parecer intensa en extremo mi forma de sentir pero ese episodio en específico, significó la primera vez de muchas cosas en mi vida y la inexperiencia suele jugarnos en contra, porque sentimos con una intensidad que se encuentra a flor de piel y que pocas veces podemos repetir en la vida. Porque todo es nuevo y tan sedante que cuando te das cuenta, esa persona ya se te ha colado bajo la piel.

Los roces piel con piel en un principio, inocentes y accidentales, se fueron convirtiendo en una necesidad furtiva; a la búsqueda de cualquier oportunidad para tomar su mano, sentir la suavidad y calidez de su piel de porcelana, tan pálida como el alabastro.

Y entonces el tiempo ya no era suficiente, mientras yo permanecía atado a mis deberes en aquel lugar, Jisoo era llamada constantemente para entretener a los altos mandos de quienes, poco a poco se fue convirtiendo en la favorita, la más celebrada, la más buscada y no los culpo, ella era inteligente, elocuente y graciosa.

Y con la intensidad con que llegan las emociones, llegó un demonio feroz que todo lo va abrasando a su paso, con un poder devastador: los celos... un demonio de largas y filosas fauces, un monstruo que acecha todo el tiempo, a la espera de ese momento en que puede clavarse ahí, en ese punto vulnerable en tu pecho, ese que has dejado sin protección mientras esperas que sea tomado por esa persona especial; para sentir cómo propaga su veneno, robándote la tranquilidad haciendo que todo tu interior arda a niveles que ni tú conocías, al mismo tiempo que te aprisiona el pecho hasta abrirte un hueco que a veces no te permite respirar. Y ese demonio se regodea con tu dolor, con ese ahogo en tu garganta y el vacío en tu pecho.

Sentía que me volvía loco de a poco, porque conocí el lado brillante de su mundo pero lo que no supe, sino hasta mucho después, fue que ese micro cosmos tenía una cara oculta y menos brillante, bañada por sombras y dominada por la parte más ruin y podrida de la naturaleza humana; no por ellas sino por quienes tomaban a aquellas jóvenes, sacando ventaja de su posición de esclavas y de la necesidad de tener que costearse ellas mismas, la vida a la que habían sido condenadas, sin la opción de elegir. La sola idea de que Jisoo fuera obligada, tomada por la fuerza cada tanto, sin ser tratada con la delicadeza, atención y cuidado que ella merecía; me revolvía las entrañas haciéndome escuchar los susurros de ese demonio, colocando crueles imágenes en mi mente.

Varias veces supe de compañeros que habían compartido cama con esas jóvenes que fueron enviadas a entretenernos cada tanto tiempo con sus talentos, a cambio de los medios que les permitieran subsistir. Pero ella, Jisoo era de otra jerarquía y llámame inocente si así lo quieres, por pensar que tal vez por su rango, no tenía que verse obligada a ello... nunca quise preguntarle, no tenía el valor para hacerlo.

Muchas veces, por las noches, solíamos encontrarnos tras el pabellón de suministros médicos y nos conformábamos con observar las estrellas, conversar sobre cualquier eventualidad del día, hasta lo más cotidiano se volvía placentero si salía de sus labios. La gran mayoría de las veces dejaba que ella hablara sobre cualquier tema que ella dominara, yo sabía que lo hacía a la perfección, porque amaba sentirme delicadamente acariciado por su voz.

Varios meses después de iniciados esos encuentros, supe que no debían ocurrir, esa noche en particular me encontraba consumido por ese monstruo de mil cabezas, sus fauces me respiraban muy de cerca, porque ese día había tardado más en volver de su llamado para entretener a los jefes del campo.

HASTA ENCONTRARLA | CHAESOO/JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora