El amor no conoce razas ni géneros, y eso bien que los sabía aquella peculiar pareja.
Un encuentro demasiado extraño hizo que ambos desde hace ya bastante tiempo les hiciera formar una gran amistad casi irrompible.
Jeongin era un omega de la manada de los lobos, mientras Hyunjin era un vampiro de ya bastantes años.
Se suponía que ambos fueran enemigos a muerte, pero aquello era ridículo y demasiado gracioso para ambos. Tanto así que cada que se "peleaban" recordaban eso, terminando todos revolcados en el lodo y con una gran sonrisa en el rostro.
Cómo casi todas las noches, se encontraban ambos arriba en un gran árbol alto. Jeongin permanecía recostado en el pecho del que se suponía era inmortal observando el tranquilo bosque.
—Hyunjin-ah— el nombrado bajo la mirada, dando a entender que tenía su completa atención —Tengo que decirte algo— susurró, se sentía cansado pero debía ser sincero con su mayor.
—Con simples besos no te puedes embarazar— comentó riendo, cosa que hizo al omega enfadar y propinarle un buen golpe.
—No es gracioso— sus mejillas se pusieron rojas y las infló dando un aspecto demasiado lindo. Pronto regreso a ponerse serio y suspiró, sus manos sudaban y ante la confesión no pudo ni siquiera mirar los ojos de su amigo, rápidamente la angustia cayó en su pecho—Mi padre a hecho un tratado de paz y yo acepté mantener un lazo.
Hyunjin no se movió, tan solo permaneció quieto. Demasiado a decir verdad, dejando que la respiración del omega se volviera pesada siendo el único ruido en ese momento.
—¿Es por lo del otro día?— preguntó con decepción, el omega bajó la mirada, queriendo que ese momento terminará, que nada de aquello hubiera sucedido. Las cosas serían más fáciles así.
—Me pides que mate a mí otra mitad para estar juntos— lo miró —Los amigos no se besan, los amigos no son como tú y yo. Un verdadero amigo no me pediría que matará mi lobo— su voz se quebró, estaba asustado y triste. Sin remordimiento se alejo del pecho de su amigo, demostrando así su temor.
—Yo te quería para toda la eternidad— Hyunjin sonrió con tristeza, dejando la cómoda posición. Dejando que su mirada atormentará el corazón del más joven, queriendo que le quedará claro el daño causado en su corazón —Esta es la última noche que nos veremos.
Jeongin lo abrazó en un acto desesperado en realidad no quería perder a su hyung, sabía todo lo que ambos sufrían. Pero el miedo de perder a su lobo era aún más fuerte.
—Lo siento— se separó del vampiro, tomando aquellas frías mejillas en sus cálidos dedos, acercó demasiado sus labios contrarios hasta que Hyunjin retiró su rostro. De un salto el vampiro bajó del árbol y tan pronto tocó el piso se perdió en la profundidad del bosque.
Queriendo así dar el final de su estúpida historia de amor.
Minho miraba hacia abajo aferrado aún del frío barandal, solo serían unos segundos de miedo y luego todo se iría.
Tomaba valor en ese momento, sintiendo el frío viento en el rostro, haciendo que recordará que aún vivía.
—Es un desperdicio lo que harás— el humano volteó el rostro a dirección donde la voz vino.
Ahí estaba Hyunjin, sentado en la baranda del puente como si no fuera demasiado peligroso lo que hacían en ese momento.
—La sangre coagulada en el piso, eso es un desperdicio— el humano sonrió, aquel sujeto en verdad que estaba loco —La vida que tienes por delante, muchos quisieran tenerla.
Persuadió el inmortal, sintiendo su garganta temblar además de sus culmillos arder. Aún en su agonía era interesante escuchar los pensamientos de aquel chiquillo.
—Yo no la quiero— confesó el pelinegro, una lágrima resbaló por su mejilla —Es mejor si me tiro y muero. Aunque no entraré al cielo si lo hago— el pesar en su voz hizo al vampiro negar, tan estúpidos eran los inmortales, tan indignos de siquiera pensar entrar a un lugar divino.
—Ese lugar para nada es divertido— comentó, miró los ojos de Minho tan hermosos, sin alguna esperanza— Todo tiene reglas, además que los hippies de los ángeles viven ahí— el humano solo negó —Es mejor el infierno.
—De seguro piensas que las diablillas te amaran por tu belleza— comentó con fastidio, ya se imaginaba a un chico demasiado pervertido.
—Ellas son unas zorras, los diablillos son mejores. Se mueven mucho mejor— argumento rapido recordando un par de amoríos que tuvo alguna vez. Minho solo negó, en verdad que ese muchacho era un completo lunático, suspiró. Miró hacia abajo luego dónde la luna se encontraba. Suplicando que no fuera tan dolorosa la caída.
—Si de verdad quieres morir yo puedo ayudarte— aquella propuesta cantada hizo que mirara al chico lunático quién con una sonrisa lo miraba —Dame tu vida y prometo que tal vez y vayas al cielo.
—¿Estás seguro?— Los ojos del humano se cegaron, haciendo que sus pupilas se pintaran de morado por un segundo, Hyunjin sonrió, lo tenía en sus manos en tan solo un segundo.
—Dame tu vida y todo será mucho mejor ¿Aceptas?— aquella era una propuesta con doble cara, más la desesperación era ciega.
—¿Si muero iré al cielo?— Hyunjin sonrió. Sentía la impaciencia del humano, como sin chistar se entregaba al deseo ajeno. Tan manipulable.
—Tal vez, las leyes de Dios son demasiado imposibles para cualquier ser— Minho observo su rostro buscando alguna señal para retroceder, miró aquellos ojos rojos obscuros en los cuales se perdió. Aquel muchacho no era humano, ese fue lo único que podía correr por su mente.
Sería suicidio, pero salvaría una vida. Tal vez fuera un sacrificio.
Si, eso sonaba demasiado bien. Un sacrificio para salvar una vida.
—Acepto— Hyunjin en un ágil movimiento ya estaba junto a él, tiró de su cabello dejando el cuello al descubierto.
No era dolor, solo ardía.
Minho sonrió mientras veía la luna, sintiendo a su alma irse de su cuerpo lentamente.
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Esposo Mío (Editado) Hyunho
FanfictionLa desesperación por no morir lleva a Hyunjin a cometer la mejor decisión de su vida. Minho quiere acabar con su vida, seria mejor que muriera. De todas manera nadie lo extrañaría. Un encuentro demasiado extraño hará lo mejor para ambos. ⚠️ Adverte...