Capítulo 4

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Aquella casa era tan magnífica que a cualquiera le daría por ser curioso y aventurero. Aunque ya le habían dicho a Minho que no vagará solo por los pasillos desconocidos o se perdería.
¡Pero vamos! ¿Quién no lo haría?

En este momento el humano miraba como el borde el listón que mantenía en sus manos había acabado el largo, si daba algunos pasos más este se acabaría y ya no tendría forma de regresar.

—Solo un poco más— murmuró para el mismo. Aún siendo adulto no podía salir a la ligera de esa casa por lo que dónde no podía perderse ya había sido explorando, además de sentir que pronto se acabaría los miles de libros de la biblioteca si seguía ahí metido.

Esos pasos se hicieron cada vez más y el liston se había quedado atrás, recorriendo pasillos llenos de puertas o con un par al menos, pero parecía que aquella casa era infinita.

Una gran puerta llena de polvo llamó su atención, algo hacía que quisiera entrar no importaba qué.

Entro tan fácil, ni siquiera el empujón que casi lo tira fue necesario. Las velas de la habitación se prendieron tan rápido como piso adentro. Llenando su rostro de asombro, tan siquiera de mirar de más

Habían muchas cosas ahí, a pesar de estar con un poco de polvo parecía que en verdad estaban bien cuidadas. Varios libros y pinturas colgadas, jarrones antiguos y más. Ademas del escritorio lleno de hojas.    Pero lo que llamó su atención fue un cuadro en especial. Uno que estaba de costado sobre el piso.

Con cuidado se inclinó, para sacarlo de su escondite y tener una mejor vision de este. Parecía tan antigua que sentía que si presionaba más el marco terminaría roto. 

Era Hyunjin con ropas tradicionales, parecía un príncipe de la época. Una sonrisa involuntaria se poso en su rostro, es tan guapo.

—El príncipe más cruel— susurró lo que estaba escrito hasta abajo de la obra.

Pero Hyunjin se veía tan tranquilo, no se miraba como un malvado.

Luego estaba otro cuadro atrás, de la misma época. En el estaba el vampiro sonriendo, a su lado un joven pequeño de estatura, sus mejillas un poco rellenas pero de una cara angelical y una sonrisa encantadora. Por alguna razón sintió su corazón comprimirse en su pecho, sintiendo dolor por aquella obra.

—No deberías estar aquí— La fría voz de Hyunjin lo hizo gritar soltando el marco donde la pintura estaba.

—¡MIERDA!— gritó para manera rápida levantar de nuevo el cuadro, verificando no haberla dañado.

—¿Por qué eres tan vulgar? Siempre utilizas esa expresión, antes era gracioso, ahora es desesperante— se quejó,  aquellas palabras Minho no las tomó enserio, en cambió siguió observando el cuadro.

—No le pasó nada— aseguró para levantarse y querer salir rápido de esa habitación. Era cierto que estaba huyendo de Hyunjin, la verdad era incómodo despertar por las mañanas solo en camisón sin ninguna manta cubriéndolo. Además de tener la fuerte mirada de su esposo sobre él.

—Papá dice que hace tiempo querías conocer el pueblo— la mano de Hyunjin había detenido sus pasos, pero fue soltado su brazo tan rápido volteó a mirarlo.

—¿No era una ciudad?— la pregunta descolocó a los dos, Minho movió la cabeza negando la realidad —No importa, ahora tengo mucho que explorar.

—Si te pierdes háblale a caramelo o alguno de ellos— la voz de Hyunjin hizo voltear nuevamente a Minho quien dió una afirmativa con la cabeza para seguir.

Corrió por un par de pasillos, su corazón saltaba como si quisiera salir de su pecho. Se detuvo al dar la cuarta vuelta.

—¿Por qué lates tan rápido?— tocó su pecho, asustando de todo lo que podía correr por su cabeza, no llevaba mucho tiempo ahí. Tal vez un mes, no sabía con exactitud, la luna jamás se asomaba perdiendo la noción.

—Las mismas preguntas me hacía yo— la relajada voz de Jisung casi hace que le de un infarto al pobre humano, ahora parecía que en verdad su corazón quería salir y no por un simple sentimiento.

—Mierda— suspiró. —Lo siento hyung— Se disculpó rápido antes de cualquier cosa, la verdad era que trataba de contener la lengua al estar con Changbin y Jisung.

—¡Ya te dije que me puedes decir Jisung hyung, no soy tan viejo cómo parezco!— lloriqueo. Miró a Minho con un puchero y luego sonrió —¿Te gustaría ir al pueblo conmigo?— propuso, imaginando que tanto podían pasear y hacer en ese lugar.

—Si— le regaló una sonrisa. Jisung era el único que le aspiraba confianza para salir o expresarse, parecía que él era el único que sabía las palabras "delicadeza y tacto" además de que el vampiro había sido amable enseñando algunas cosas útiles para su vida con ellos.

Después de algunas semanas intentando y practicando, por fin podía montar en caballo solo.

Ambos venían a la par, Minho se sentía extraño en aquel lugar, él recuerda que hace poco leyó algo de la enorme biblioteca de esa casa, un libro en especial. Donde mostraba el enorme poder que algunos vampiros tenían, como el cambiar de dimensión. Razón por la cual estaba cien por ciento seguro de ello al ver aquel pueblo.

—Comamos fideos, hace años que no venía y un buen tazón de la tía Hye no me caería mal— sonrió Jisung al recordar a su amiga. Conectando su mirada con la del humado, dejando que parte de el saliera.

Su mirada jugo con la del menor, cambiando sus pupilas por un dorado al menos un según.

—Me parece bien, hyung— contestó Minho sonriendo, olvidando sus pensamientos.

Olvidando que hace unos minutos Jisung vestía diferente, olvidando su vida.

Causando la primera grieta en su alma.

—¡Shin Hye!— gritó como si nada Jisung atrayendo la atención de una muchacha linda, tenía un peinado tradicional a demás de un hermoso vestido de la época.

—Señor— habló gustosa la humana —Me alegra verlo— sonrió y se apresuró a recibirlo botando la charola donde hace unos minutos traía té.
—¡Oh mi señor! Me tenía tan abandonada— dió una reverencia causando gracia a Jisung —Venga, pase. En un momento le traeré lo de siempre a usted y a al muchacho.

Sin dar otra palabra la chica corrió hacia donde Minho suponía era la cocina.

—Shin Hye fue la primera humana que adopté, su pueblo fue destruido cuando tenía cinco años. La rescaté de un destino cruel, no podía permitir que la tocaran— sonrió —Y no solo por ser mi hermana en una vida pasada.

Minho asintió, después de sentarse en una mesa del pequeño restaurante miró la ventana, reconoció el lugar. Si caminaba algunos puestos más encontraría la biblioteca que le pertenecía a la familia de Chan, su amigo omega.

—¿Chan?— murmuró de forma perdida. Un nombre tan familiar pero desconocido a la vez, Jisung sonrió al darse cuenta del nombre.

—Si quieres después de comer vamos a verlo, falta un poco de papel liso para adornar. Es un poco agotador estar sin hacer nada ¿No crees?— sonrió pero su sonrisa comenzó a caer al ver a Minho confuso.

—¿Chan? ¿Quién es?— se tocó lo cabeza, los recuerdos querían aparecer pero por extraño que sonara aún luchaba por olvidar aquello.

Tal vez y faltaba un poco más para hacerlo olvidar.

 

Esposo Mío (Editado) HyunhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora