Capítulo 8

233 24 26
                                    


La manada Bang era bastante buena y alegre, todos eran trabajadores dando prosperidad a esta misma.

Jeongin era visto como uno de los más hermosos omegas, el cual pronto se convertiría en él papá omega de la manada en general. Ahora todos lo miraban con amor y dicha ya que el olor a cachorro era evidente, al igual que su tierna pancita de los primeros meses.

El rubio artificial con una sonrisa entró a su hogar, no sin antes saludar a su tierna vecina. Pisó una carta, con ella ya llevaba más de cincuenta desde que se unió, de eso ya un año y medio. Suspiro para ir a la cocina y en la misma estufa prenderle fuego. Odiaba eso, le dolía a él y a su lobo.

Jeongin ya era un omega marcado y vivía feliz con el más dulce alfa que pudiera existir, odiaba el hecho que se sintiera tan débil al sentir el olor de Hyunjin cerca, ser tan débil a el ser inmortal que le perteneció alguna vez su corazón.

Pero las almas jamás olvidan, no como lo hace el corazón.

...

..

.

🍃

.

..

...

Pasado.

Chan y Jeongin por desgracia no nacieron privilegiados, siendo uno hijo del dueño de un burdel. Mientras el otro siendo un pobre mendigo huérfano. Pero así les tocó la vida y nada se podía cambiar.
Ambos con hermosura sobre sí, siendo muchachos bastante guapos el destino los unió y separó a su antojo, In siendo sirviente en una gran casa y Chan ocupando del único negocio decente de su padre.

El mayor se había enamorado del joven hijo de la casa donde trabajaba, contando lo hermoso que era y que buscaría un esposo con la misma gracia. Para Jeongin él muchacho misterioso era bastante chulo, alimentando todos los días sus hermosos ojos con tremenda vista.

Por otro lado, Chan se había enamorado de su mayor, siendo ambos omegas era una calamidad que estubieran juntos y esto hacia al menor guardar su desdicha en lo más profundo de su ser .

El castaño quería ser un fuerte alfa dominante, con bastante dinero y poder para proteger a su apreciado omega de tan extraña familia. La hija mayor parecía una psicópata y eso nadie lo podía negar, mientras el menor serio y de una mirada bastante intimidante, los padres de ambos nunca se habían visto siendo rumores que eran dos hombres bastante extraños.

Chan no era idiota, él muy bien que sabía lo que eran. Y se alarmaba que su delicado amor estuviera en peligro.

—Esto te servirá— extendió un hermoso collar de una piedra como única decoración siendo un diamante lila —.Alejara las malas vibras y serás feliz— mintió descaradamente, ya que en un libro había leído que aquellos seres podían manipular hasta el punto que no sabías ni tu propio nombre.

—No compres cosas innecesarias— regañó—, mejor ahorra un poco, tal vez y en un futuro lo tendrás que utilizar.

—No es nada, ahora deja te ayudo a ponerlo ¿Si?— el mayor no tuvo más que aceptar, sintiendo como el castaño con mucho amor ponía sobre su cuello tan hermoso regalo.

—Listo— festejo, haciendo que aquellas marcas se vieran en la piel de Chan. El mayor sin permiso alguno abrió la vestimenta sin cuidado y con descaro. Viendo la maltratada piel.

—¿Cuando... Cuando fue ésto?— pregunto con un nudo en la garganta In, además de casi gritar por el horror a su vista -¡JEONGIN!- gritó con impotencia.

—Algún día tenía que pasar ¿No? Igual que mi hermana y mi madre moriré por lo que fui destinado a ser— el fuerte golpe en su mejilla y el ardor no bastaron para saber que Jeongin no había calmado su enojo. Al final la vaga respuesta daba por perdido toda aquella esperanza a luchar.

El amor nunca fue para ellos, los besos que Chan recibía noche tras noche eran vacíos.

Lamento decir que no. En ningún momento pudo sentir tan hermosos labios de Jeongin sobre los suyos.

También que tan desgarrador fue ver cómo aquella mujer mataba a su amor, ver cómo este caía sin vida. Lo hizo querer vengarse cosa que jamás logro, aún sufriera y gritara jamás logro su cometido. Pero la abuela de esa familia era una mujer piadosa que daba segundas oportunidades, dándole a Chan la vida más dichosa que tuvo en su siguiente vida con la condición de tomar las mejores decisiones.



Esposo Mío (Editado) HyunhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora