SEÑOR HUTSON. (El socio de papá)

Capítulo 2

Después de aquel bochornoso momento no he vuelto a ver a Héctor Hutson, he escuchado a papá y mamá hablar de él en alguna ocasión pero no he prestado atención, con solo volver a oír su nombre la vergüenza me invade por completo. Ha pasado una semana y no puedo dejar de sentirme una estúpida cada vez que recuerdo la conversación que me escuchó con Martina. Eso entra en mis habilidades para ser la persona más desastre del universo.

Hoy por fin hice uno de mis primeros exámenes finales, derecho mercantil. He salido contenta y espero tener una muy buena nota.

—¡Ariadna! ¡Ari!—Grita Martina mientras me alcanza a la salida de la universidad. —¡Llevo llamándote diez minutos!—Respira agitada.

—No te escuché.—Respondo riéndome al ver su deprimente estado físico.

—Seguro que ibas imaginándote con el nuevo socio de tu padre.—Dice intentando recuperarse de su carrera—Yo también lo haría después de la descripción que me diste.

—No pensaba en nadie. Y no me lo menciones, hice el ridículo de mi vida.—Bufo.

—¿Por qué no te has parado a pensar en su respuesta? Dijo que tampoco estabas nada mal, él también se fijó en ti.—Claro que se fijó en mí, me estaba comiendo con la mirada.

—No me interesa en absoluto lo que ese hombre me contestara, es uno de los inversores más importantes que ha pisado la empresa de mi padre, mi contacto con él debe ser estrictamente profesional.—Digo seria.

—Eso no impide que te mojes las bragas cada vez que lo veas.—No puedo más y exploto en una carcajada.

—No se puede tener una conversación seria contigo, de verdad.—Niego con la cabeza y reímos a la vez.

Martina me dice de ir a comer juntas pero papá me llamó esta mañana para que fuera a comer a casa, no sé cuál es el motivo pero ya estoy de camino.
Al llegar, Tirso me recibe tirándose encima de mí haciendo que mi mochila y carpeta caigan al suelo.

—¡Tirso! No seas tan bruto.—Dijo cogiéndolo en brazos.—¿Qué tal el colegio?

—Muy aburrido Ari, ya quiero que lleguen las vacaciones.—Responde jugando con mi pelo.

—Ya te queda menos, mocoso. ¿Dónde están papá y mamá?.

—En la cocina, con el señor enfadado de traje.

¿Señor enfadado de traje?
Dejo a Tirso en el suelo y corre a su habitación de los juguetes. Cuando llego a la cocina entiendo a la perfección la descripción de mi hermano pequeño. Héctor Hutson se encuentra en mi cocina, con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón y volviendo a recorrerme con la mirada.

—Hola, Ariadna.—Su maldita sensual voz, otra vez.

—Hola, señor Hutson.—Digo intentando sonar tranquila. Su presencia altera mis sentidos.

—Ari, hemos invitado al señor Hutson a comer, así puede conocer a la familia ya que pasará mucho tiempo en la empresa de tu padre.—Me explica mamá mientras sirve la comida en los platos.

—Espero no ser una molestia.—Dice con su vista aún clavada en mí. La verdad es que si eres una molestia para mí, Hutson. Tú presencia me nubla.

—Para nada, señor Hutson. Es un placer tenerle aquí hoy.—Digo mientras me siento justo en frente de él.

La comida transcurre de lo más normal, hablan de negocios y del funcionamiento de la empresa, Héctor me dedica varias miradas mientras que yo solo tengo mi vista en mi plato. Prefiero no mirarle, no miento cuando digo que es realmente atractivo y su presencia impone de una manera abrumadora.