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Cuando ________ se convirtió en cazadora de demonios lo que más le emocionaba era su espada, había escuchado que si la tomaba cambiaba de color y quería saber que le había tocado. Su compañero Tengen también estaba esperando su espada, ambos tenían herreros diferentes, por lo que Uzui le decía que no estuviera desesperada, pero no podía evitarlo, estar pegada a la ventana para ver si venía alguien por el camino.
— ¡Ya lo ví! — gritó al ver las espantosas mascaras que solían usar los herreros. _________ salió a recibirlos mientras les alzaba y movía la mano cómo saludo, ellos jamás habían visto a una cazadora tan emocionada — ¡Por aquí, señores herreros!
Haganezuka se sintió feliz de que esa chica quisiera la espada en sus manos, no se veía tan malagradecida como otros.
— Vengo por Tengen Uzui, él por _________ Matsuyama — dijo uno de los dos.
— ¡Que bien, pasen!
Los tres entraron a la casa y de inmediato __________ se sentó frente a su herrero, Tengen frente al suyo y su maestro en medio.
— La espada Nichirin es algo sagrado, ¡prométeme con tu vida que la vas a cuidar! — le gritó a centímetros de la cara a _________.
— ¡Se lo prometo, señor! — gritó en respuesta.
— Dime Haganezuka, ahora soy tu herrero — _________ se emocionó más y asintió. Tomó la espada de las manos del herrero y cuando estaba apunto de descubrirla Haganezuka volvió a gritar — ¡Sabes que cambiará de color, espero que sea rojo!
— Yo también espero eso — cerró los ojos y tomó la empuñadura — ¿Y entonces?
— ¡¿Qué carajos significa el rosa?! — chilló.
— ¡No lo sé, ¿crees que lo sé?! — Haganezuka se abalanzó a __________ y la sacudió de hombros intentando saber el porque del extraño color de su espada. — ¡Bajate de mi, viejo loco!
— ¡¿Viejo? Tengo 29!
— Haganezuka... Basta, no nos hagas quedar mal — le dijo su compañero.
— ¡Si, hazle caso a tu amigo, viejito! — remarcó la última palabra.
— ¡Ya te dije que soy muy joven!
— Claro, para tener una pésima personalidad, debes tener 29 años... ¡Pero de tu último divorcio! — eso hizo enojar más Haganezuka.
— ¡Mocosa, más te vale no romper la espada o vendré por ti y te mataré! — su amigo se llevó a rastras a Haganezuka y ________ se despidió con una sonrisa.
— ¡Espero que tu espada no se rompa, viejo!
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