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— Sea cuál sea su decisión la entenderé, patrón.
Luego de lo acontecido en el día, el patrón solicitó su presencia sin interrupciones de los demás pilares. Ella ya estaba segura de dejar su puesto como pilar de la suerte, por eso incluso sacó su espada y la colocó frente al patrón.
— Eres una pieza clave para la derrota de Muzan, no dejarás tu puesto como pilar. Además que no hiciste nada malo — dijo con una sonrisa —. Entiendo que te es difícil luego de los cuatro años, los demás están siendo muy inmaduros contigo cuando no es tu culpa.
— Si no es mi culpa, ¿Qué hice mal? No entiendo sus tratos contra mí — limpió una lágrima que empezaba a salir. Le dolía haber perdido a Tengen, la confianza de los demás, se sentía excluida —. No sé cómo recuperaré la confianza que ellos me tenían, no se que haré para que me perdonen, pero le aseguro que lo lograré. Que sigan odiandome si quieren.
— Mi confianza siempre será tuya, __________ — esas palabras del patrón fueron suficientes para motivarla.
— ¡Muchas gracias, patrón! Lo veré en otra ocasión.
— Ve con cuidado.
Volvió a tomar su espada y se levantó para dejar la mansión y volver a su finca. Ya era de noche y debía volver con cuidado. Antes de poner un pie fuera de la casa, vió a todos los demás entrar para escuchar lo que el patrón les tenía que decir a ellos.
— Espero que hayas sido expulsada del cuerpo de cazadores, te lo mereces por ser una traidora — Sanemi la detuvo con mucha fuerza, lastimandola un tanto.
— Sigue soñando. Me verás aquí hasta que muera — sonrió —, pero es muy probable que tú mueras antes por lo débil que eres.
— ¡Maldita! — antes de que la golpeara fue detenido por Tengen.
— Ya deja deja de pelear con ella un rato y entra, ¿no ves que el patrón nos está esperando? — Sanemi se soltó de su agarre y caminó, no sin darle un golpe con el hombro a __________.
Tengen y _________ se miraron unos segundos y después él entró sin dirigirle la palabra. Debía volver a la finca sin avances. En su camino solo podía anhelar el día siguiente para ver a Hotaru. El árbol de cerezos de la finca ya se podía ver a su distancia y el olor de la cena le llegaba y agradaba. Entró encontrándose con Tanjiro, Zenitsu e Inosuke cenando un gran buffet, los tres se reían de tonterías y no se dieron cuenta que ya había llegado.
— ¿Prepararon todo esto? Debían descansar — reclamó, aunque no estaba enojada.
— No fuimos nosotros, fue Hiriko San — respondió Tanjiro.
— ¿Hiriko San?
— ¡Yo! — el hombre salió de la nada con otro plato para la pilar.
