Capítulo 11

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Alen la abrazó y estrujó suavemente. Estaba asombrado por su efusividad y solamente pudo sonreír de felicidad, a la vez que deseaba transmitirle todo el amor que sentía por ella.

−Te he extrañado. −decía él, mientras le besaba el cabello y cerraba la puerta del apartamento.

−Yo también, Alen. Yo también. –La voz de Bethany se quebró.

Alen hizo intento de separarse para buscarle la mirada, pero ella se apretó aún más a su cuerpo.

−No...no, todavía no. Déjame sentirte, porque...te necesito. No quiero separarme de ti, no quiero que me dejes.

Bethany hablaba con tal vehemencia, que Alen sintió como se le oprimía su corazón. No le gustaba verla de esa manera.

−Nunca lo haré. –dijo él

Bethany se separó de él y lo miró a los ojos. Sus lágrimas ya bañaban sus mejillas.

−No me mientas, por favor.

−No lo hago. –expresó él, brindándole una profunda mirada.

−Entonces déjame que te diga todo lo que siento por ti. Te amo, Alen. Te amo demasiado y no puedo imaginar mi vida sin ti.

−Beth...

Ella se quedó callada unos momentos y entrecerró los ojos sintiendo que su alma se partía.

−¿Así quieres oírme? Esta es la verdadera Bethany, Alen. Soy vulnerable y débil. −ella bajó la mirada.

Alen le tomó el rostro con sus manos y la miró.

−No eres débil, Bethany. Solamente estás expresando tus sentimientos.

−Cuando lo haces, pierdes.

−No es así. –objetó él.

Bethany asintió levemente.

−Así es. Te deja expuesto y a merced de los demás.

Alen acarició la mejilla húmeda de Bethany.

−Estás equivocada. Yo también siento lo mismo. Yo te amo, Bethany Scott.

Ella negaba con la cabeza.

−Pero es tan poco el tiempo...

−El amor no es cuestión de tiempo, Beth. Debes saberlo porque sientes lo mismo que yo.

−Pero no puedo ofrecerte nada, Alen. −El semblante de Bethany era sombrío−No podré darte un hijo jamás.

Alen pudo percibir ese gran dolor que la embargaba.

−Yo no te quiero para tener hijos, Bethany. Yo te quiero a ti. Y no lo digo porque tengo a Ron. Si no estuviera él, pensaría lo mismo. El amor que siento por ti, es más fuerte que todo.

Bethany lo miró con infinita tristeza.

−Lo dices para que esté tranquila.

−Lo digo porque es mi manera de pensar. No te estoy mintiendo.

Acto seguido, Bethany se fundió en un abrazo lleno de ternura. Después tomó de la mano a Alen y lo guió hasta la sala. Alen se sentó y ella lo iba a hacer a su lado, pero entonces él la atrajo hacia su regazo. Bethany se acurrucó sobre el pecho de Alen que la abrazó con mucha ternura.

−Tengo miedo de volver a amar como lo hice antes. –murmuró Bethany, en voz baja.

−Estás hablando de David. –dijo él, sereno.

Bethany se incorporó y lo miró a los ojos.

−Sí. Discúlpame que te diga esto, pero quiero ser sincera contigo, con respecto a él.

EL PRINCIPE DEL DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora