Un día diferente

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Ni si quiera recuerdo en que momento caí dormido o prácticamente inconsciente, los rayos de sol a la mañana siguiente fueron los que me trajeron de regreso al mundo de los vivos, si seguía con vida...parece ser que mi encuentro con Tokito san tomaría más tiempo.

Suspiré pesadamente y me dirigí a lavar mis manos y rostro, no sin antes dirigir una  mirada a mi creación a un lado de mi cama.

-Buenos días Tokito san...- saludé, esperando una respuesta que sabía perfectamente nunca llegaría...

Aun así debía apresurarme, sí mis días eran de lo más monótonos, aquel pequeño no tardaría en tocar mi puerta y gritar...

-¡Kotetsu onii chan! ¿Hasta cuándo piensas dejarme esperando? - habló con puchero - ¡Hoy estoy seguro que pescaré más que tú!

Takumi, el hijo del matrimonio de Haganezuka y Kanamori gritaba a todo pulmón fuera de mi taller. El pequeño, apenas de cinco años,  me había tomado cariño casi de inmediato y me había convertido en una especie de mentor. Así que todos los días llegaba a "visitarme" por lo que no me quedaba más remedio que armarme de paciencia y poner mi mejor cara.

-En un momento salgo- respondí,  tomando una manta y cubriendo al muñeco mecánico. En la villa de los herreros aun no estaban preparados para verlo, no solo porque se trataba de una ingeniería bastante complicada y avanzada, sino porque era más que evidente que aún no superaba a mi amor de infancia.

Coloqué mi máscara y me dispuse a salir acompañando al pequeño niño tomándolo de la mano. No era extraño escuchar durante nuestro camino al río comentarios como "Se te da muy bien cuidar niños", "Deberías considerar sentar cabeza pronto". ¡Claro que no tengo paciencia! Takumi era un caso especial, además todo mí tiempo se veía consumido en forjar katanas y cuchillos ¡no tenía tiempo para el amor!

Ese día sería un tanto diferente, puesto que había decidido tomar un respiro de las responsabilidades y pasar algo de tiempo con mi pequeño y futuro aprendiz, quien jugaba animadamente a la orilla del río, mientras yo me consumía en mis pensamientos.

El muñeco mecánico de Tokito san estaba listo, sin embargo, aún no me había decidido en ponerlo en marcha. Debía estar listo en ese momento...por lo que tal vez despejándome y guardando aquella llave tan preciada cerca de mi pecho, las cosas serían más sencillas.

No me percaté en que momento aquel hermoso día soleado, comenzó a oscurecerse ni a llenarse de una extraña neblina que no era propia  de la villa. Realmente era espesa y al parecer pronto cubriría toda la zona, complicando la visión.

-Takumi chan es mejor que regresemos - Me levanté de la roca en la que estaba y caminé unos cuantos pasos acercándome al niño...cuando algo extraño pasó a mi lado tan rápido que me fue imposible determinar que era, era demasiado veloz ¿Un animal? o algo mucho peor...

Un grito desgarrador confirmó mis sospechas, por lo que corrí hasta Takumi empuñando uno de mis cuchillos... una sombra de un chico no mayor a los catorce años lo tenía fuertemente sujetado del brazo, no era necesario ser un gran conocedor para saber que se trataba de un demonio.

-¡Suelta a Takumi demonio!

-¿Acaso tú piensas impedírmelo? Un simple herrero... no vales mi tiempo

Esa voz, ¡esa voz la conocía demasiado bien!No solo eso, esa forma de hablar logró que mis piernas comenzarán a flaquear y mi seguridad se fuera al carajo...debía estar seguro, podía ser un truco por lo que prendí  la lámpara que llevaba conmigo... solo para verlo y confirmar mis sospechas...no había dudas...

-Tokito san...

-Tokito san

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**Fin del capítulo**

El chico al que yo amé - CortosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora