Como en un Sueño

Cap. 7

La criatura avanzaba ferozmente entre la espesa niebla.
Sus afiladas garras rasgaban la corteza de las ramas provocando un extraño ruido y sus ojos, esos brillantes y profundos ojos de tono amarillento, brillaban cual luciérnaga en la obscuridad.

Aunque quizá un tanto brusco, su desplazamiento entre las copas de los árboles era ágil como si de un felino se tratara. Aquel ser se movía con precisión, sin preocupación de la feroz nevada que bien sabía, se avecinaba.
Parecía no tener pensamientos en mente, salvo por la total concentración en la misión: matar al enemigo que, gracias a ese ya tan conocido aroma, no fué difícil de encontrar.

Estaba más seca de lo que imaginaba...

...

"Él está loco, no vale la pena!"
Repetía una y otra vez en mi mente hasta el punto de convencerme de eso por completo mientras salía del congelado escondrijo en el que el Sr Ruy dormía junto con un par de provisiones que, sospechaba, había robado antes de encontrarme.
Mi decisión estaba tomada, me iría y me aseguraría de no volver a verle.

Con bastante frío, pero muy decidida, me adentré al bosque esperando encontrar alguna aldea cercana o por lo menos a alguna persona que me dejara pasar una tranquila noche en un acogedor lugar.
La infernal nieve cada vez aumentaba más por aquella nevada y, aunque al inicio parecían hermosos esos paisajes blancos, comenzaba a artarme de aquel aire tan frío que me dificultaba respirar.

Avancé varios metros hasta adentrarme por completo en aquel bosque helado; comenzaba a arrepentirme pues al frente no se veía un destino prometedor y no podía regresar porque, además de que rompería mi orgullo, se habían borrado las pisadas que formé en la nieve.

Me detuve y dejé mi poco equipaje en el suelo.
Respire intentando mantener la calma y comencé a pensar en qué debería hacer ahora... aunque no quería aceptarlo, estaba perdida. Necesitaba ayuda.

- vaya, vaya... pero qué tenemos aquí?~

Dijo de la nada una aguda voz masculina, que por algún motivo no podía identificar de dónde venía.

- acaso te perdiste, pequeña?~

Cuestionó después de unos segundos de silencio.
Pude percibir que estaba a mi lado, aunque al voltear no veía nada, solo árboles.

Un escalofrío me invadió al igual que un mal presentimiento y, sin pensarlo, comencé a correr en dirección opuesta al sonido.
Podía escuchar claramente como aquella cosa corría a tan solo un metro tras de mí; el pánico me invadió e intente ir más rápido, pero mis congelados pies no podían obedecer la orden, me era imposible acelerar.
Finalmente caí sobre una gruesa capa de nieve, cuando aquel ser se abalanzó sobre mí.

- creíste que escaparías?~
- déjame en paz!! - grité intentando levantarme pero era inútil, esa cosa estaba sentada en mi espalda.
- no seas tan grosera, humana. No me gusta el ruido...

Sentí como se levantó con sumo cuidado pero en cuanto intenté pararme y correr, me tomó del pelo para después lanzarme al suelo.
Solo pude voltear a verlo con pánico, rogando porque su propósito no fuera matarme.

- qué pasa, no te gusta mi forma de jugar?~

Dijo mirándome fijamente con una puntiaguda y perversa sonrisa.
Era un ser humanoide, de cabello rojo y despeinado, orejas parecidas a las aletas de un ser acuífero, cola reptiliana, piel lila y ojos amarillos de esclerótica carmesí, además de pupilas alargadas, casi felinas...

- te estoy hablando, respóndeme!! - exigía mientras se acercaba de forma amenazante.
- perdón! - grité intentando proteger mi rostro.

Aquel ser frenó de pronto en frente mío; bajé mis brazos con cautela y pude observarlo, se notaba serio.
Alzó su cabeza en un repentino movimiento y comenzó a mirar en diferentes direcciones.

- la tormenta se acerca... vendrás conmigo.

Comentó con una voz relajada y monótona mientras redirigía su mirada y, antes de que pudiera siquiera decir algo, sentí un severo dolor en la cabeza.

Todo se volvió negro para mi...