Solté un suspiro.
Tal vez Miguel tenía razón, intentar pensar seguramente me confundiría más...Apoyé mi mano en mi cabeza formando una pequeña y tranquilizante preción en mi frente. Miguel solo observó el rural camino que teníamos por delante.
- Bueno, si en realidad quieres descansar un poco... conozco el lugar perfecto, y para tu suerte, no queda muy lejos!
Haberme negado a su propuesta hubiese sido tan inútil como intentar resolver aquellas preguntas por mi propia cuenta.
Caminamos por el mismo sendero hasta que nos desviamos del camino en una repentina curva.
Conforme nos acercábamos al lugar, los árboles se volvían de un verde más claro y se comenzaban a vislumbrar listones de colores rodeando los troncos. Miguel habló un poco sobre esa costumbre: se supone que cada color significaba una petición de vida que hacían los visitantes y lugareños al llegar a esta pequeña posada y, según la pureza del deseo y de la persona, este se cumpliría o no.No tardamos en llegar.
De entre los árboles se abrió un claro donde se encontraba una hermosa cabaña de madera con pequeñas piñatas colgando en la entrada, una edificación rectangular de dos pisos con techo rojizo, paredes de madera y una hermosa fuente hecha de piedra al centro de las construcciones.Los dueños de la posada salieron a recibirnos amablemente mientras que los visitantes paseaban entre los árboles y los niños jugaban en la fuente. El lugar tenía una vibra muy acogedora...
- Bienvenidos a la posada "Del amanecer" díganme, desean acaso rentar un cuarto? - dijo una señora de piel morena, que vestía de blanco.
- no gracias - contestó Miguel - pero sí necesitamos algo de relajación, aparte de comida.
- perfecto! Justo acabamos de poner la mesa, pasen porfavor - dijo amablemente mientras entraba al lugar.La seguimos.
Entrando había una gigantesca mesa con sillas y manteles perfectamente acomodados; después de tomar asiento, la comida fue servida inmediatamente y aunque no me enteré que era, sabía exquisita.
Al terminar, un señor también propietario de la posada, nos acercó una caja repleta de listones de colores y nos invitó a elegir uno para colgarlo.- En esta ocasión, dejaran que su instinto les diga que elegir, eso será lo que necesitarán en realidad - dijo el hombre de cabello blanco y piel arrugada.
- yo elijo... este! - Miguel se apresuró a tomar un listón amarillo.
- y usted jovencita, cuál elige?
- um... este - contesté después de unos segundos, escogiendo un azul grisáceo.
- Perfecta elección! Caballero, al escoger el amarillo eligió la fortuna: sus metas seguramente serán cumplidas
- yuuhuuu!! - gritó mi amigo, muy emocionado.
- y para usted, bella dama, al elegir ese tono de azul se abrió el camino de la honestidad; pronto averiguará la respuesta a eso que tanto da vueltas en su cabeza...
- Si, si, pero solo se cumplirá si lo cuelgan en los árboles - dijo la mujer del inicio mientras se acercaba con una sonrisa - vayan, muchachos.Ambos salimos corriendo a escoger un árbol.
- no creo que colgar un listón cumpla un deseo... - admití.
- es mejor intentarlo, no? Anímate, aún si no se cumple, pasaste un buen momento - respondió Miguel mientras colgaba el suyo.
- si, tienes razón - sonreí y procedí a hacer lo mismo....
Nos encontrábamos sentados en una banca, contemplando el hermoso lugar.
El aire fresco, que tenía un aroma frutal, sacudia con suma tranquilidad los coloridos listones, las frágiles piñatas acartonadas de la posada y las nubes, que con paciencia retrataban preciosas formas en el pacifico cielo; me hacían sentir una gran alegría...Era como si no tuviera preocupación alguna, solo importaba yo, el aquí y el ahora. Realmente parecía de ensueño... sin embargo, aquel momento se vio interrumpido cuando, de repente, se acercó un hombre.
Este se veía asustado y cansado.
Corría tan rápido que, al frenar frente a nosotros, casi pierde el equilibrio.
Miguel me ganó la palabra.- perdón señor, se le ofrece algo? - dijo entre dientes, fingiendo una sonrisa que de hecho asustaba.
- yo... - el hombre me miró por un momento y luego continuó - una disculpa, creí que era alguien más...Sonrió a medias por una fracción de segundo y siguió su camino a toda prisa.
- Eso fué extraño, no lo crees?
Miguel no me contestó inmediatamente, se quedó inmóvil con la mirada fría y distante.
El ambiente se comenzó a volver pesado y juro que por un segundo pude ver al cielo cambiar de color.- si, bastante... - respondió al fin - quieres otro helado? - preguntó ya más tranquilo.
- "Otro helado"?Bajé ligeramente la mirada y en mi mano podía ver un cono, estaba vacío y mordisqueado, pero aún se veían restos del acaramelado sabor que un par de minutos atrás seguro contenía.
Tanto me distrajo el suceso? Ya no importaba. Todo había vuelto a la normalidad, como si nunca nos hubieran interrumpido.- um... si, otro helado porfavor.
Miguel, tan amable y servicial como siempre, se levantó y caminó hacia el puesto de helados (el cual no había notado) que quedaba a unos 5 o 7 metros.
Yo me preferí quedarme en la banca, aprovechando el momento para terminarme el cono y seguir contemplando aquel ocaso que apenas comenzaba... hasta que alguien, tomándome por sorpresa, me tiró hacia atrás...
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Como en un Sueño...
FantastikSu vida era normal hasta que, de un momento a otro, todo cambió. Ahora tendrá que salir de ese lugar... //Ninguna de las imágenes son de mi autoría, créditos a sus respectivos autores. //Historia Original. //Personajes hechos por mí