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El cielo sobre nuestras cabezas se fue tornando de naranja a negro acorde ibamos avanzando a nuestro retorno.
la cabeza de los cuatro era un torbellino de pensamientos inquietos e impresionables, pero no hablamos demasiado.

Atravesamos el páramo al cabo de algunas horas; alcanzamos las vías para luego dejarlas atrás y llegamos finalmente al pueblo a las cinco de la tarde del domingo, el dia anterior al dia del trabajador.

Las calles estaban desiertas y existía ese silencio dominical que genera tanto la calma como la inquietud; todo estaba igual, sin embargo, parecía distinto, era como si el pueblo fuese más pequeño.

Llegamos a la bifurcación en donde debíamos separarnos y el primero en irse fue Dave

-bueno, los veo en la escuela-dijo

todos le dijimos que si y lo saludamos; él cruzó la calle y se detuvo pocos centímetros después, inclinandose

-¡un centavo!-gritó feliz recogiendo la moneda del suelo para luego perderse por el lado izquierdo de la calle.

-mejor me voy a casa antes que mi madre me ponga en la lista de niños buscados-dijo Alex, y emprendió su camino del lado derecho

Con el tiempo, los dias,los meses y años, no he vuelto a verlos, fue algo gradual, cosas que pasan,los amigos entran y salen de la vida de uno como los camareros en un restaurante.

De Alex supe que abrió una granja en el pueblo vecino y tuvo seis hijos, se casó luego de la secundaria.

Dave estuvo en prisión por un asunto menor y al salir se quedó en el pueblo trabajando con su padre en la tabacalera hasta que esta cerró, después le perdí el rastro.

Damon y yo, sin siquiera mencionarlo, caminamos esa tarde hasta nuestra casita del árbol pero no subimos, parecía que ya no era nuestra, era como si aquél verano fuese el último de nuestra niñez.

Nos quedamos mirando el pueblo en silencio, todo eso si era nuestro, todas esas calles, esos secretos.

-nunca voy a salir de este pueblo ¿no?-preguntó

-vos podes hacer todo lo que quieras-le dije mirandolo

Él me miró también, entre nosotros había más de lo que nuestras mentes juveniles podían manejar

-bueno-dijo tomando su mochila-voy a casa

-te veo por ahí

sonrió y se ajustó las cuerdas de la mochila

-no si yo te veo primero-dijo y entonces empezó a irse

Me quedé allí viendo su espalda perderse lento y sintiendo que perdía algo, pero esta vez era algo bueno.

Damon si salió del pueblo, tomó los cursos de la Universidad conmigo y se recibió de abogado.

No hay un solo dia en que no piense en todos ellos, y no hay un solo dia en que no los extrañe, jamás volví a tener amigos como los que tuve a los doce años.

OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora