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Al llegar a mi casa, luego de terminar la sesión con Katelin, mi psicóloga, me reencontré con el verdadero problema, la misma situación que debía pasar día tras día.

—¡Me cansas, mujer!. ¿Acaso no sabes hacer nada bien?, ¡Que te cuesta, si para eso estás!— gritaba el hombre que me dio la vida, a mi madre; que estaba tirada en el suelo, llorando.

Se supone que somos la familia feliz. O así mi papá nos hace ver.

Ellos se conocieron muy jóvenes, sus papás eran muy amigos así que, en pocas palabras, los obligaron a casarse.

Mi madre lo ama, cada vez que alguien le pregunta por el, ella, con brillos en los ojos, responde.

Era todo lindo, hasta yo lo recuerdo.

Lo que no se, fue cuando mi papá empezó a maltratar a mi mamá. Se molesta por absolutamente todo. Le grita, la reta e incluso una vez le llegó a golpear.

Ese día intervino la policía. Yo era pequeña. Unos 8 o 9 años, por lo menos.
Una vecina escuchó gritos y llamó a la policía.

Yo debía ser testigo.

Obviamente me obligaron a mentir, tuve que decir que se cayó, o algo así. Desde allí que no fue lo mismo en la familia.

—¡Ya esta!, ¡ya basta!. ¿Qué ganas haciendo todo esto? ¡Muérete de una vez!— le grité. No estaba de humor. —¡Me tienes harta!—

Y se empezó a acercar a mi...

Se paro frente mio, me miro a los ojos. Yo le respondía de la misma forma, no me iba a mostrar débil.

—Adiós. Me tengo que ir a trabajar.— soltó, mientras caminaba hacia la puerta. —E...Isabella, no te olvides de limpiar todo el desastre.—

Y se fué.

Rápidamente corrí a mamá. La abracé y luego la ayude a levantarse.

—Lo siento por lo que tuviste que ver, mi niña. Te amo. Eres realmente valiente.— Dijo. Y así nos quedamos un rato. las dos solas. En silencio.

Había pasado exactamente un mes. Si. Un mes sin haberlo visto. Era raro, pero lo extrañaba.

Estaba ahí yo, sentada con el celular, en una fiesta de cumpleaños infantil. La fiesta de el hijo de una vecina.

Por ratos, levantaba mi vista para ver a la gente. Los niños iban y venían, corriendo y gritando. Era algo divertido, me hubiera encantado subir a los juegos.

En unas de esas, vi a alguien que me resultaba reconocido. El vecino. Pero...¡¿se esta acercando a mi?!

—¡Vecina! Hola, ¿cómo estás?. Tanto tiempo.— Dijo, sonriendo.

Era una sonrisa preciosa.

"¿Se puso más lindo? ¿O es mi imaginación?" Pensaba.

—Eh. Ah. ¡Hola! Bien. ¿Qué haces aquí?— "Ay, que estúpida. Es obvio que esta aquí porque lo invitaron." —perdón, digo. Viniste porque estas invitado.—

—Eres graciosa.— soltó, aguantando la risa. 

"Que estúpida."

— Pero que bueno que preguntas.—continuó. —vine a vengarme.—

¡¿Como?!, ¿¡Vengarse?!.

Al darme la vuelta los ví. El grupo de Randy estaba aquí y parece que Jeff también se dio cuenta.

Seguido de eso, se dirigió a ellos. En el camino, agarro un cuchillo que estaba en la mesa de la torta.

¿Qué planeaba hacer?.

Cuando reaccione, quería ir a detenerlo, pero ya era demasiado tarde.

Le clavo el cuchillo por la espalda a Troy, uno de los chicos de la "pandilla".

Así se armo la pelea. Todos estaban desesperados, unos llamaban a la policía, otros sacaban a los niños del lugar y yo...Yo estaba allí parada, mirándolo todo, sin saber que hacer.

De repente, todo era llamas.

Resulta que uno de los chicos prendió fuego al ojiceleste.

Obviamente todo el mundo se entero, incluso mi papá.

—Hija, no quiero que te acerques más a el.— Dijo, mientras almorzabamos.

—¿Qué sabes tu?— respondí.

—¿Qué acaso quieres que digan: "La hija de un famoso empresario se junta con un..",¿Loco?, ¿Maniático?, ¿asesino?. Ni se como llamarlo. —

—¡Yo voy a hacer lo que yo quiera!—

—¡A mi no me levantes la voz!— gritó, golpeando la mano en la mesa.

—Hija...Por favor. Hazle caso a tu padre.—

Me quedé en silencio. ¿Por qué?, no era justo.

Eran al rededor de las 3 de la tarde...Estaba por ir a casa de Sophia. Mínimo una vez por semana, nos juntamos. Si, somos muy unidas.

En eso, al salir de casa, mientras cerraba la puerta veo que un auto se estaba terminando de estacionar al frente.

Bajo la familia del ojiazul. Seguido de eso, va su mamá a abrir la puerta trasera, donde acomodan a una persona, ¿envuelta en vendas?.

"¿Será el?" Pensaba.

Su madre me saludó y yo partí camino a casa de mi amiga.

ASESINO // Jane x Jeff // Donde viven las historias. Descúbrelo ahora