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Pasaron varios días. Casi todas las noches me dedicaba a ir a aquel pequeño bar. Era bastante divertido. Todas las noches hombres venían a pedir mi número o a tirarme las cuerdas. Lo más gracioso era ver su rostro al ver como yo se las cortaba.

Obviamente, mi otro tipo de diversión tampoco se acababa. Muchas veces esos hombres eran mis víctimas, o simplemente me iba más temprano para encontrar a alguien. Algún borracho o vagabundo que me topaba, tampoco estaba de más.

Eran al rededor de las 4 de la mañana. Esa noche me había quedado más tiempo tomando y charlando un poco con las bailarinas del lugar.

Mientras volvía a mi casa, cuando pasaba por un pequeño callejón volví a escuchar un ruido.

Y ahí lo ví....

Jeff.

—Jeffrey...Tanto tiempo.—

—Jane.—

Y así me abalance sobre el. Me daba rabia su sonrisa estúpida y me aturdia el ruido que soltaba de esta. De esta manera empezaría mi venganza, lo mataría de la manera más dolorosa, lo haría gritar del dolor, lo quería ver sufrir.

Intente clavarle el cuchillo en el lado izquierdo superior de su cabeza, era difícil enterrarlo, pero tenía bastante fuerza, según yo. Me tenía esperanza. Cosa que al final no resultó. Fácilmente me detuvo y me tomo las manos con una de las suyas quedando los dos mirando a la misma dirección, nuestros cuerpos chocaban; y su otro brazo lo utilizo para ponerlo en mi cuello con intención de amenazarme con su cuchillo.

—No te tengo miedo, Jeff.—

—No vine a pelear.—

¿Qué?, ¿Quién se creía?. Todo lo decía de una forma tan suelta, como si no le importase nada. Un completo idiota.

—¿Como te encuentras, Jane?. Hace literalmente años que no te veia.— Dijo, bajando su mano sin soltar la otra que sujetaba las mías.

—Callate, ¿Quieres?. Te odio. No quiero hablar contigo.—

—¿Por qué eres tan terca?. La muerte de tus padres pasó hace mucho, superalo.—

Y las lágrimas volvieron a fallarme. Aquellas gotas empezaron a recorrer mi rostro. La máscara no dejo verlas, cosa que agradecía mucho.

—¿Y quieres que sea así de fácil?...Me haz arrebatado todo lo que más quería. Mi madre.—

—lo...lo siento.— Dijo en voz baja.

—¿tu piensas que con un "lo siento" se arregla todo?—

—¡callate, ya! Eran una molestia, para ti,
para mi, ¡para nosotros!—

—¿Qué carajos dices, loco?—

—Jane...¿Tu piensas que yo no me daba cuenta cuando tu me observabas todos los días? ¿O que no notaba lo nerviosa que te ponías cuando me nombraban? Tu eras la loca por mí. — Dijo, poniéndome contra la pared.

—Eso ya es pasado. Además, ¿que tiene que ver con todo esto?.—

—si quisiera, ya te hubiera matado a ti también. Pero tu eres mi excepción Jane. De hecho...Este tiempo sin vernos si que te favoreció. Estas muy linda.— concluyó, mirándome de arriba a abajo.

Me sonrojé. ¿Como podría sonrojarme por tal bicho horrible?...¿Era horrible?.

—¡Déjame!— dije mientras me soltaba y preparaba mi cuchillo para atacarlo.

Se empezó a reír.

—Querida Jane, ¿Crees que eres capaz de matarme?—

Y así me abalancé sobre el. Obviamente no le pude hacer nada, ya que agarro fácilmente mis manos y tomó el cuchillo.

—Que lindo cuchillo.— Dijo, sonriendo.

—¡Déjame!— dije nuevamente, pero esta vez tomando el cuchillo para salir corriendo.

Y así pasaron los días.

Todas las noches me dedicaba a buscarlo para cumplir mi objetivo. ¿Quién pensaba que era?, ¿Sería capaz de lograrlo?.

ASESINO // Jane x Jeff // Donde viven las historias. Descúbrelo ahora