#13

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JANE:

Me encontraba fuera de la Creepyhouse. De nuevo volvía a el comienzo de toda esta tortura. A donde vivía Jeffrey Woods.

La música infantil se lograba escuchar y algunos gritos y risas también. Por fin decido tocar la puerta, a lo que a unos segundos después la abren.

-¡No puedo creerlo! ¡Jane, eres tu! Te extrañe tanto.- exclamó muy alegremente sally mientras saltaba a mis brazos.

-Oh, mi querida sally. Jamás me perdería tu cumpleaños. - correspondí. -toma, mi niña. Un pequeño regalo para tí. -

-Oh, dios mio. No te hubieras molestado. Igual...¡Muchas gracias!- Dijo, dándome otro fuerte abrazo. - y todo gracias a Jeff. Sabes, yo le pedí que te busque...Yo te extrañaba mucho. -

"Todo gracias a Jeff"

-Pues, no es tan inútil como parece ¿no? - reí -yo también te extrañe mucho, Sally. -

-Bueno, basta de charla. ¡Entremos, ya! Ya están casi todos. -

Así fue como volví a entrar a aquella casa, cruzamos el largo pasillo que la dividía y llegamos a la otra punta, donde estaba el patio con decoraciones rosas y blancas. A la vez de ellas, había mucha gente. Muchos creepypastas.

-¡Jane! Que gusto verte aquí de nuevo.- decía aquella reconocible voz detrás de mi.

Me gire.

-¡Eyeless, amigo! Lo mismo digo. ¿Como estas? -

-Oh, muy bien. ¿Y tú? Aunque se te ve increíble. -

-He estado muy bien, gracias. -

Mientras charlábamos, llegó.

-Jane..Que bueno que estés aquí. Pensé que no vendrías. - exclamó Jeff, acercándose.

-Que lamentable es estar aquí y ver tu horrible rostro. Vine por sally. Decidí confiar por una última vez. -

-Que dices, ¿perra? ¿Yo, horrible? Mírate a un espejo. -

Antes de que le pueda contestar, interviene mi amigo de máscara azul.

-Chicos, chicos. No es momento de pelear. Intenten llevarse bien, solo por hoy. Luego de esto, no se verán de nuevo. -

-Eyeless tiene razón. No me jodas más, maldita perra. -

-Mapache asqueroso. -

Y la conversación acabo allí, pues Jeff se fue.

Debo admitir que fue una tarde increíble, muchos creepypastas habían ido y he conocido a muchos otros. Lo más importante, Sally estaba feliz.

Eran al rededor de las 11 de la noche, la fiesta ya se estaba acabando.

-Jane, ¿puedes llevarme a la cama? Estoy muy cansada...- decía la niña, mientras bostazaba y se refregaba los ojos.

Dudé.

-Claro, querida. Vamos. -

¿Que más da? La llevaría a dormir y luego me iría. O por lo menos eso pensaba.

Una vez que sally se logró dormir completamente, bajé. Los que no habían ido a matar, estaban sentados en la sala de estar.

-Chicos, disculpen la hora. Ya me voy. Fue lindo verlos, cuídense. -

-Jane, ¿por qué no te quedas? Hace mucho frío ya afuera y tampoco nos gustaría que te resfries. - exclamaba aquel hombre blanco.

-Es muy amable de tu parte Slender, pero no quiero ser una molestia. El frío no es un problema. -

-Ya, mujer. ¡Quédate! No pierdes nada en quedarte una sola noche. Mañana te vas. ¡Dale! No seas aburrida. - agregó Clock. -Además, a Sally le agradará mucho verte aquí mañana. -

- Es verdad, linda. No te mataremos. - exclamó, entre risas; Ben.

-Esta bien. Me quedaré solo esta noche. -

-Que bueno escuchar eso, Jane. Es un gusto tenerte aquí. Recuerdas tu habitación, ¿no? Alguna puede prestarte ropa, si no te molesta. - fijo Slenderman.

- yo le presto. - respondió alegremente la pelicastaña, a lo que me tomo de la mano y juntas empezamos a caminar a su habitación.

Ya estaba acostada en aquella silenciosa habitación. En realidad, toda la casa estaba en silencio. La gran mayoría había salido; y los que quedaban, dormían. Yo no podía reconciliar el sueño.

De repente, un fuerte ruido se escuchó, a lo que rápidamente bajé.

-Estúpida puerta. -

-¿Jeff?-

-¿Qué? ¿Tu? ...¿Qué haces aquí?- protestaba interrumpido, por momentos, por el hipo.

-Me quede aquí esta noche...espera, ¿estas ebrio? -

-Claro que no, ¡Plana! -

-¿Qué dices, niño? Ya, te llevaré a tu habitación. -

Así a paso lento lo lleve. Jeff estaba cubierto de sangre y suciedad, y tenía un olor desagradable, ¿donde habría estado?.

Al llegar a su habitación, con cuidado lo acosté y empecé a sacar su mugrosa polera.

-Oye, ¿Qué haces, atrevida? ¿Acaso ya no te resistes al gran Jeff the Killer? Ya lo sabía, igual. -

-Cállate, idiota. -

Cuando había logrado sacársela, lo tape y me dirigí a la puerta para irme. Cuando estaba por abrirla, sentí algo que me impidió hacerlo, agarrándome la mano.

Por supuesto, era Jeff. Me dio la media vuelta y mi espalda choco con la puerta de madera oscura de su habitación. Estábamos frente a frente.

-Oh, Jane, esa remera te queda increíble. Eres una maldita perra exquisita. -

-¿Qué carajos dices, loco? Ya sueltame y vete a dormir. -

-Jane, yo se que estas loca por mí. Siempre lo has estado. -

-¿que te importa a ti mis sentimientos? -

-Cállate y besame. - exclamó finalmente, seguido de agarrarme con una de sus manos mis mejillas (cachetes) y besarme.

Por fin estaba besando a lo que había, por una parte, adorado por tantos años, y por otra, odiado. Si, yo aún lo amaba. El estaba en lo correcto. Todos esos malditos años intenté cubrirlos por el odio, por el rencor; pero aquellos sentimientos aún penetraban en mi. Yo amaba a Jeff the Killer, lo amaba más que a mi propia vida.

ASESINO // Jane x Jeff // Donde viven las historias. Descúbrelo ahora