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—¿Por qué mierda hay tanto ruido? Uno ya ni dormir en paz puede. — murmuraba entre dientes.

Era bastante tarde ya, pero fuertes ruidos no me dejaban dormir. Así mismo, decidí ir a investigar de donde provenían, jurando matar al causante de ello.

Agarré mi cuchillo y en silencio baje las escaleras, acercándome hacia la cocina, la cual tenía sus luces encendidas.

—¡Me caes super bien! Eres super encantador, ¡Realmente fue un gusto conocerte!—

Era Jane.

—Eres muy bonita cuando sonríes, Jane. Se que no es mucho, pero me encantaría darte esta rosa. Es casi tan preciosa como tú. —

Al escuchar eso, automáticamente entré, encontrándome con el fastidioso Offenderman. El violador tío de Slendy. El se encarga de buscar muchachas y darle una flor como muestra de su "belleza", pero cuando esta la recibe, está condenada a ser suya. A ser su juguete sexual, mejor dicho...

—¡Ni se te ocurra!—

—¿Jeff? ¿Qué haces aquí?— exclamó la pelinegra.

—Jeffrey Woods. ¡Que gusto verte! Perdón por no avisar mi llegada...Estaba de paseo y decidí pasar a saludar. Pero...No esperaba encontrarme con esta belleza.— Comentaba, mientras lamia sus labios.

—Jane, no recibas su puta flor. —

—¿Quién eres tú para mandarme? ¡Qué bicho te ha picado! Es una flor, nada más. —

— Claro, Jane tiene razón. Es solo una simple flor...— repitió con la misma voz pervertida de antes.

Sentía mi sangre hervir con cada segundo que pasaba. Sin pensarlo, agarre a Jane y la cargué en mi hombro, haciendo oídos sordos ante sus quejas.

—¡Jeff! ¿¡Que demonios haces?! ¡Bajame ya!—

Sin responderle, fuí directo a mi habitación, donde la tire a la cama.

—¿Qué mierda te sucede? ¡Quién te crees que eres! —

—Cálmate ya, mujer. —

—¡¿Qué me calme?! Oh...no me digas. ¿El "gran" Jeff the killer se puso celoso? ¡Idiota! Me voy de aquí.— reprochó, comenzando a levantarse de la cama.

—¡Deberías haberme agradecido! ¡Habrías sido violada y luego asesinada! — Le respondí, perdiendo cada vez más la cordura. ¿Tan amargada sería?

—¿Qué coño dices? ¿Violada? —

—Escúchame de una buena vez. ¡Dejá de ser tan hueca! Es el tío de Slenderman. ¡Se dedica a eso! Le da rosas a las mujeres. Cuando estas la reciben, se convierten en su propiedad, para luego ser suyas...¿Y qué crees que hace cuando se aburre? ¡Las asesina!—

Jane se tensó. Estoy seguro que no se esperaba eso.

—¿Es en serio lo que me dices, Jeff? Perdón por haber reaccionado así.—

Me acerqué a ella, que se encontraba sentada en mi cama. Me agaché y agarré su mentón, haciéndola mirarme a los ojos.

Estuvimos así, en silencio, por unos segundos más, hasta que no aguanté más.

—Joder, no puedo esperar más. — susurré con fastidio. Me moría por besarla.

Rápidamente saqué la molesta máscara que cubría su hermoso rostro.

Cuando estaba a punto de lograr lo que tantas ganas tenía por hacer, la puerta se abrió, a lo que rápidamente nos alejamos.

—¿Jeff? ¿Jane? ¿Esta todo bien? Los escuché discutir, no estarán haciendo algo tan estúpido como intentar matarse, ¿no?—

—¿Qué coño? ¡Slenderman! El puto de Offenderman está aquí. ¡Quiso abusar de Jane! Ese lengudo me las va a pagar...—

—¿Offenderman? ¡Qué cojones hace aquí! Mierda...¡me hubieras avisado apenas lo viste! Nos meterá en problemas y no estoy para hacer de niñera. — se agarró la cabeza, intentando pensar que hacer. —Gracias, chicos. Disculpen. Jeff, cuida bien de Jane, ¿si? —Finalizó, cerrando la puerta.

—Por fin se fué. —

—Creo que también me iré, así puedas descansar tranquilo.— agregó la pelinegra.

—¿Disculpa? — dije, irónicamente. —Ya caíste en las garras del León, Jane. Las de un león muy hambriento. —

Se notó que Jane quiso decir algo, pero no la dejé. Me abalancé sobre ella, besándose el cuello ferozmente.

—Ah..Jeff..—

—Estas tan rica, Jane. —

Me paré para acomodarla mejor, para poder comenzar con mi trabajo. Una vez hecho eso, le subí la remera.

—Cierto que no tenias bragas. ¿Sabes cuanto tiempo me he aguantado? —

—Callate y empieza de una vez, ¿Quieres? —

Si que sabia como prenderme.

Mientras que entraba con mis dedos, con mi boca lamia su ya excitado clítoris. Por su lado, ella se retorcía, arqueado su espalda e intentando no  gemir, cosa que se le complicaba.

Se vino.

—Y pensar que tu no querías. — dije, divertido.

—¿Quién dijo eso? Ahora es mi turno.— respondió, subiéndose encima mio.

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¡Hola! ¿Como están, queridos lectores? Disculpen la demora, estoy en periodo lectivo, así que se me complica mucho escribir y continuar esta pequeña historia.

¡Espero les guste! Votando y compartiendo me ayudan muchísimo. Prometo hacer el intento de no abandonarlos de nuevo. ¡¡Muchas gracias!!

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⏰ Última actualización: Sep 10 ⏰

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ASESINO // Jane x Jeff // Donde viven las historias. Descúbrelo ahora