Epilogo

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Luego de aquella declaración de amor, Danielle y yo estuvimos en la boca de la ciudad por casi dos semanas hasta que la pareja de Juls y Kayla dos actrices estadounidenses hicieron publica su relación luego de 3 años escondidas. Al parecer Danielle y yo las inspiramos.

Danielle siguió siendo la misma directora, respetada, entregada y ahora querida de DSavre.

Por mi parte luego de hacer dos proyectos más decidí dejar de actuar y ser profesora de actuación, Danielle me apoyo en todo momento, incluso fue una de las patrocinadoras para que pudiese abrir mi propia academia, un tanto pequeña, pero está en marcha.

Nuestra boda fue como me lo pidió Danielle, la mañana siguiente de esa noche fuimos al despacho del abogado de confianza de Danielle con Leco, Rick y Niccolo quienes fueron nuestros testigos, luego hicimos un picnic en el mirador privado de Danielle, con pasta a la carbonara y vino para no perder la costumbre. Fue un día mágico, Ford, Jeff, Niccolo, Rick, Leco, Danielle y yo viendo el atardecer luego de haber firmado mi matrimonio.

Danielle por fin era mi esposa, y yo era su esposa. La vida parecía querernos.

Y aunque Danielle ya recordaba todo ella seguía siendo la misma Danielle que despertó con amnesia, seguía priorizando su tiempo con amigos y ahora familia, reía más y de vez en cuando faltaba al trabajo para quedarse en cama conmigo en mis días libres.

Danielle ha tratado de mejorar su relación con sus padres, algo casi imposible me ponía mal ver como siempre luego de cada visita a casa de sus padres regresaba triste pues era entrada por salida, ellos siempre la hacían de menos por lo que era, pero siempre me hace saber que no es mi culpa y que jamás se arrepentirá de llamarme su esposa.

Con el paso de los meses, Danielle y yo lo hablamos y nos sentimos más que listas para ser madres, aunque para mí era algo casi nulo pues nunca quise o creí querer hijos, la ilusión de tenerlos con Danielle fueron en aumento cada vez más, cuando me hablaba de ellos, de como podríamos llamarlos, o cuando salíamos de compras y me mostraba ropa de recién nacido y me hablaba con una vocecita muy tierna. Supe que sí, sí quiero ser mamá.

Danielle y yo nos hicimos pruebas, nos apuntamos en hospitales e hicimos citas. Luego de casi 11 meses de espera, y preparación Danielle resulto embarazada.

Tendremos un bebé, que será querido y amado, de eso no me cabe ninguna duda. Miedo es lo que me sobra ahora, pero se que nadie nace sabiendo ser madre.

Danielle lleva consigo el fruto de nuestro amor, y no puedo ser más feliz.

Decidimos que los donadores serían Niccolo, Rick y Leco, que claramente se convirtieron de manera automática desde el segundo uno que Danielle dijo estar embarazada, en los tíos. No sabemos quien fue el donador ganador, pero uno de mis chicos era y con eso bastaba.


***

—¿Lo sientes?

Veo su sonrisa mientras mi mano está puesta en su barriga de ya casi 8 meses.

—Si... —río levemente— pareciera que será bueno o buena en las artes marciales

Ambas reímos.

—Creo que será karateka —agrega Danielle— solo siente esas patadas

Mi mano está puesta en la parte baja de su vientre, puedo sentir como nuestra pequeña o pequeño patea interiormente.

—Bueno eso... o será bailarín o bailarina como la madre

Danielle con una sonrisa en su rostro se acerca y me besa suavemente.

—Nada me daría más gusto que ver dos Stefanias bailando en casa, esa música extraña

—¡Hey! No es música extraña —Danielle ríe— es solo que no tienes buen gusto...

Ambas terminamos por reírnos a carcajadas sobre la cama. Luego de unos segundos de risas siento como Danielle gira su cabeza y su mirada la pone sobre mí.

—Stefania te amo.

Sonrío y me acerco a ella.

—Danielle te amo.

—Te tengo una sorpresa, quería dártelo el día del nacimiento pero no puedo esperar más

—¿Qué es?

Veo como se pone de pie, un poco lento pues la barriga de embarazada no la deja hacer mucho que digamos. Danielle camina hasta un cajón de su armario y saca un CD.

—Ven

Danielle sale de nuestra habitación y caminamos hasta la sala, en donde coloca el CD en un DVD.

—¡Espera! —río levemente— ¿es lo que creo que es?

Danielle asiente con una sonrisa enorme en su rostro y se sienta en uno de los sillones. Paso y me acomodo a su lado.

—Es el comienzo de nuestra historia mi Stefania.

Nunca creí verlo, era el shortfilm con el que Danielle y yo nos conocimos. Luego de que Danielle perdiera la memoria mis amigos me dijeron haberlo desaparecido, nunca creí llegarlo a ver.

—Siempre dije que ese shortfilm era importante, y si que lo era, porque era un proyecto con el que participaría para ser nominada a unos premios, pero ahora se que el universo tenía algo mejor para mí, me dio el mayor de los premios

Agrega Danielle mientras el CD se reproduce.

—Y yo sabía que DSavre sería el lugar donde haría mis sueños realidad, al parecer si que lo fue.

Ambas sonreímos, Danielle se acurruca en mí y nos detenemos a ver aquel shortfilm, con el que la vida de ambas dio un giro de 360 grados, y hoy en día se que la mejor decisión que tome fue aceptar aquel papel, aquel papel para el que ni siquiera tuve que audicionar. Y lo entendí, entendí la lección: "Ley de Murphy: lo que puede pasar va a pasar". 

The short filmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora