Sé estarán preguntado que fue lo que sucedió, lo cual es una larga historia, un altercado que tuvimos él y yo, que se hubiese evitado si nunca hubiera aceptado fingir ser su novia.
Pero antes de contarlo, debo hablarles desde el inicio, no del comienzo del universo, sino desde el primer día que hablé con Jungkook, eso fue diecisiete años atrás, en el 2004 cuando cumplí siete años, dónde mis recuerdos inician a ser visibles.
Con la llegada de mi corta edad muchas cosas en mi vida cambiaron en mi entorno afectivo, al mismo tiempo que lo conocí a él. Todo era bastante confuso, creí que lo que en ese entonces me pasaba a mí, era algo normal en la vida de cualquier persona, pero no. Y aunque ahora tengo veinte años sigo sin comprender el transcurso la vida, y sus afecciones, en especial, el bendito amor, qué hace girar la humanidad, siendo la principal emoción creadora de fuertes disputas en familias, amigos, conocidos etc. El famoso filosofo Sócrates decía: "el amor es el que nos motiva, lo que nos mueve, por lo que vale la pena vivir" pero que desgraciado es; el amor lastima y es la única verdad.
E visto prácticamente todo tipo de amor: el roto, infiel, amargo, desolado, triste, feliz, dulce, fiel, apasionado, correspondido, viceversa etc. Qué reitero, jamás entendí su significado hasta que crecí, iniciando desde mis padres, quienes me dijeron que el amor era un arma de doble filo, la cual no debe tomarse como un juego tan a la ligera. Para ser sincera cada palabra cobro sentido hasta el día que me enamoré de mi mejor amigo.
¿dónde y cuándo lo conocí? En el pavimento de mi casa, ocho meses posteriores a mi cumpleaños número siete. El día que más asustada estuve, dónde menos comprendía lo que sucedía, solo tenía miedo. En aquellos días en los que las peleas entre mis padres no se detuvieron, todo lo contrario, conforme los días, las semanas, los meses pasaban; los gritos, la histeria y el odio crecía entre ellos. El día que conocí a mi mejor amigo, vi a mi padre distinto, fue la primera vez que levanto su mano a mamá, también, la primera vez que me grito, me asuste tanto que salí corriendo de mi casa, hasta la infinita banqueta, tampoco podía ir tan lejos o me perdería, tan solo no quería escuchar los gritos, deseaba que el dolor parará.
Me senté hecha ovillo temblando, intentaba secar mis lágrimas, lo cual pareció imposible, miré a los lados desesperada y triste, esperando que cualquier cosa fuese a llegar a darme la respuesta para evitar que mis padres peleen, pero solo divisé como un niño de mi edad salía botando su pelota de la casa que residía junto a la mía.
—oye ¿estás llorando? —se detuvo cuando me vio sollozar. Pudo seguir su camino, sin embargo, no lo hizo, en cambió me miro con sus enormes ojos negros preocupándose. Levante mi rostro empapado confirmando su pregunta —oh... sí que lloras —susurro con inocencia. Su acción siguiente me asusto, se sentó a mi lado —ya pasara —me dio palmadas en la espalda
—¿tú quién eres? —pregunte a la defensiva. Ya que todo en mi entorno fueron gritos e histeria, mi carácter se planteaba a la defensiva para cuidarme
—Soy Jungkook —dudo de lo que decía —vivo ahí —señalo su casa color blanca —¿por qué estás llorando? —pregunto e inicie mi llanto con más fuerza
—Nunca dejan de pelear —las lágrimas salían más y más. Pensarlo y decirlo era demasiado distinto —siempre están gritando —a mis siete años, no sabía lo que era fingir una sonrisa u ocultar mis sentimientos para no preocupar a nadie
—¿Quiénes pelean? —y al parecer él tampoco sabía lo que era no entrometerse en las situaciones personales de los desconocidos
—mamá y papá —el hipo salió entre mis palabras
—Los papases siempre pelean —el niño me contó sabiamente —son cosas de adultos
—¿por qué? —elevo los hombros sin responder, no lo comprendíamos, nadie que tenga casi ocho años en sí lo haría
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Bad Decisions // Jeon Jungkook
RomansaT/n nunca a creído en el amor por el desafortunado matrimonio de sus padres, por lo que, en realidad, no lo toma enserio. Junto con su mejor amigo Jungkook, con el que son como el agua y el aceite, juegan con el amor como sí de un juguete se tratase...