Capítulo 19: Pugsly sabe cosas

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Wednesday pov

Abrí mis ojos lentamente, se escuchaban algunos qué otros pájaros mañaneros cantando cerca a la ventana de mi habitación, algunos rayos del sol que apenas cobraba fuerzas para salir. Tomé mi celular que se encontraba en la mesita de noche y vi que el reloj marcaban las 6:45a.m. Lo cual me sorprendí, porque casi nunca me levanto temprano por voluntad propia.

Dejé mi celular en donde lo había agarrado y miré a mi lado, donde se encontraba ella, la chica más dulce y hermosa que haya podido conocer.

Su respiración era tranquila, su cuerpo se encontraba totalmente enrollado a la sábana. Se ve tan hermosa qué duele.

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-horas después-
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—¡Wednesdayyyy!

Ese grito hizo que me volviera a levantar ya que me había quedado dormida otra vez.

Ahora los rayos del solo tenían más fuerza, los pájaros ya no se escuchaban, ahora eran más fuertes los ruidos de los autos, motos, camiones, etc.

Me levanté de la cama y fui directo a abrir la puerta, pero antes de hacerlo tape bien a Enid con las sábanas. Y ahora sí, fui a abrir la puerta.

—¿Qué quieres?— pregunté apenas me asomé en la puerta.

—Mamá dice que bajes a desayunar— contesto Pugsly para irse del otro lado de la puerta.

Eché un vistazo adentro de la habitación y mi ennie aún se encontraba dormida, así qué decidí dejarla descansar otro rato más y sin más bajé a desayunar.

Bajé las escaleras casi corriendo, eso ya era costumbre bajar así, fui directo al comedor en donde se encontraba mi padre, madre, Pugsly, y lola quien se encontraba sirviéndonos el desayuno.

—Buenos días, nana— le saludé con un beso en la mejilla.

—Buenos días, mi wedy— me sonrió.

Me acerqué a la mesa donde se encontraba madre y padre.

—Buenos días, papá— le di un beso en su mejilla y le sonreí.

—Buenos días pequeña tormenta— me sonrió igual.

—Buenos días mamá— y le di un beso también en su mejilla y le sonreí.

Me senté en mi lugar y empecé a desayunar feliz.

—Vaya, ¿a qué se debe tanta felicidad hija mía?— preguntó mi padre mientras terminaba de comer.

—¿De qué hablas papá?— aún seguía sonriendo.

—De que hoy has entrado saludando a todo el mundo y estás sonriendo, ¿Algo qué nos quieras contar?— terminó de decir mi padre.

𝐃𝐞𝐬𝐜𝐮𝐛𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐞𝐥 𝐯𝐞𝐫𝐝𝐚𝐝𝐞𝐫𝐨 "𝐚𝐦𝐨𝐫"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora