"Ya me enteré, que soy el malo y todo el mundo te cree, que estás mejor desde que ya no me ves, más feliz con otro a lado, ¿A quien piensas que vas a engañar?, sabes bien que soy tu otra mitad".
Jungkook creía que el amor era una estupidez, solo los más tontos entregaban su corazón a cualquiera, dejando romper aquella parte importante del ser humano que ayuda a vivir. Siempre decía que jamás dejaría entrar a personas insignificantes en su corazón, él siempre era cuidadoso con respecto a las personas cercanas a su alrededor, sus amigos eran contados ya que nadie podía tener como mejor amigo a Jeon Jungkook, ni mucho menos era el hombre fácil de conquistar, su mejor amigo intentó presentarle a distintas mujeres para que su amigo pudiera vivir su gran romance dónde pudiera casarse y tener hijos, pero para fortuna de Jeon, eso no venía en sus planes, detestaba ver personas compartir saliva a plena calle o que cada 14 de febrero se regalaran cosas para que al final terminaran rompiendo aquella relación por alguna infidelidad o simplemente porque el amor acabó.
Hasta que apareció aquella rubia de ojos azules, que sin duda, dió un giro inesperado para el pelinegro que decía "nunca voy a enamorarme de cualquiera", pero ella no era cualquier persona, Millie Evans era una mujer llena de cualidades y una belleza inigualable, tenía una complexión distinta a las mujeres que estaban alrededor de Jeon, unas hermosas curvas que hacían derretir a cualquiera, sus piernas largas eran lo que volvían loco al pelinegro, al verla caminar por la empresa de quién él era dueño.
Aquella rubia llegó a trabajar para secretaria de él, venía recomendada por nada más y nada menos que su querido amigo Park Jimin, dada la casualidad que también era amigo de aquella mujer que volvía loco a Jungkook cada día más. No dejaba de pensar en ella ni un segundo en que transcurría su vida, a pesar que existieran mujeres hermosas en su empresa, nadie se comparaba a la gran señorita Evans. Jamás pensó que en sus pensamientos, estaría siempre aquella rubia, era como si viera un cortometraje de cada cosa que había hecho en su vida. Y es que ella tampoco le era indiferente, menos cuando se esforzaba en dar una buena imagen ante su jefe, luciendo cada día más brillante y hermosa, siempre usaba ese brillo labial de color rojo que resaltaban sus labios, más el poco maquillaje que agrega a su rostro, eso era algo que fascinaba a Jungkook, se lo hacía saber en cada oportunidad que tenía con ella y cantaba victoria cuando lograba un sonrojo en sus mejillas, lo cual le parecía realmente adorable.
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𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍| 𝐉𝐉𝐊 𝐎𝐒
Romance"𝑺𝒊 𝒔𝒖𝒑𝒊𝒆𝒓𝒂𝒔, 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒒𝒖𝒔𝒊𝒆𝒓𝒂, 𝒂𝒈𝒂𝒓𝒓𝒂𝒓 𝒕𝒖𝒔 𝒎𝒂𝒏𝒐𝒔 𝒚 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒂 𝒍𝒂𝒔 𝒆𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔; 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒂 𝒕𝒐𝒅𝒐 𝒅𝒊𝒆𝒓𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒎𝒐𝒓𝒅𝒆𝒓 𝒕𝒖𝒔 𝒍𝒂𝒃𝒊𝒐𝒔 𝒚 𝒃𝒆𝒔𝒂𝒓𝒍𝒐𝒔 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 �...