CAPITULO 8

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No habían pasado siquiera doce minutos y ya había besado al 50% de los invitados, siempre pidiendo permiso a su pareja para cumplir los retos, aunque a Touya le importará poco con cuántos se besara o con cuántos se acostara, siempre y cuando tuvie...

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No habían pasado siquiera doce minutos y ya había besado al 50% de los invitados, siempre pidiendo permiso a su pareja para cumplir los retos, aunque a Touya le importará poco con cuántos se besara o con cuántos se acostara, siempre y cuando tuviera en cuenta que su novio seguía siendo él.

Extrañas condiciones, pero hacían una buena convivencia para su relación.

__¡Siete minutos en el paraíso!

Y dale con eso, ¿Por qué no mejor le pedían grabar una porno?

__¿Y ahora con quién?- preguntó con aburrimiento.

__Touya...

Oh, genial, iba a disfrutar eso.

__Y Keigo.

Oh no.

El pelinegro le tendió la mano y dió un trago a su bebida.

__Dejamos aquí el juego, dame un par de horas y regreso- sentenció el mayor y comenzó a arrastrarlos a él y el rubio fuera de la habitación.

__¿Estás seguro?- preguntó a su pareja- sabes que puedes decir que no.

__Me e estado aguantando las ganas de asesinar a Mina por todos los retos que te a puesto, no voy a desperdiciar la oportunidad de tener una buena noche con mi novio... Y con... Bueno, él puede acompañarnos, si eres demasiado malo creeme que te voy a sacar.

__¡Por favor!, Estás hablando con un dios del sexo, créeme que no tendrán una sola queja que darme.

__Como sea, entra- ordenó y señaló la puerta.

Entraron los tres y Touya de inmediato lo regresó para aprisionarlo en la pared y comenzar un salvaje beso.

__¿No vendrás, dios del sexo?- preguntó con burla al rubio.

__¿No tienes inconveniente?

__Para nada, ¿Tu lo tienes, cariño?- preguntó y el negó.

__Si tu no lo tienes yo menos.

__Date prisa o te saco.

__Bien, bien.

El rubio se acercó y tomó su rostro para comenzar a besarlo, dando leves mordidas en sus labios mientras Touya se dedicaba a marcar su cuello.

No quería admitirlo, pero Keigo besaba muy bien, demasiado diría él.

Comenzaron a encaminarse a la cama mientras los otros dos lo desnudaban, él no se quedó atrás y sacó las playeras de ambos, dejando al descubierto su buen cuerpo.

Dejó que sus traviesas manos hicieran lo que quisieran y comenzó a tocar desde el pecho hasta sus miembros por encima del pantalón.

__¿Me permites el honor?- preguntó el rubio a su novio quien alzó ambas manos y se hizo a un lado- gracias.

¿Verdad o Reto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora