¿Me hablas a mi?

III

|Amiga|

Toda una aburrida semana de un aburrido mes haciendo nada. No se molesta en sacar buenas calificaciones, para ella no vale la pena esforzarse en algo que a nadie le importaría.

Caminando por el largo pasillo de su escuela hasta el Auditorio terminó por chocar con alguien, era muy típico para ella.

—¡Ah! ¡L-Lo siento! Ehh... ¡Oh! Eres la chica de la otra vez –Dijo dudando un poco.

¿La chica de la otra vez? Pensaría que se estaba equivocando, a no ser que con eso se refiera a la tarada que se cayó por culpa de un idiota.

Porque a ese albino era imposible de olvidar, sus ojos blancos que a la luz parecían ser amarillos, su pelo suave y brillante y su piel que parecía ser sensible.

—Tenías un nombre curioso, uno parecido a un arma... Eh...

Ahora se burlaría de su nombre, al menos eso le resolvió la duda.

—Ah... No recuerdo, llevaba... ¿Una s?

—Hmm... –lo miró molesta.

No tiene tiempo para perderlo en alguien que se burla de su nombre y no sabe como se escribe, iba a seguir adelante con su camino pero ese chico la tomó gentilmente del brazo.

No es que la peli violeta se fuera tan rápida, eso provocó que se detuviera.

—Lo siento enserio, no quería hacerte enojar, no conozco personas nuevas todo el tiempo y...

Que interesante, sus ojos de preocupación delataban la culpa que sentía. Tal vez valía la pena quedarse a escucharlo.

—Lo lamento, ¿me repetirías tu nombre? Prometo no olvidarlo esta vez.

Olvidar. Todo el mundo siempre la termina olvidando.

—Uzi.

—Uzi... –se quedó pensando un rato– Uzi, Uzi, Uzi, Uzi, Uzi...

Todavía no la soltaba, repetía su nombre varias veces ¿por qué lo hace?

—Oye, ehh... ¿Por qué haces eso? –Preguntó interrumpiéndolo.

—Para no olvidar tu nombre, si lo repito varias veces se me graba, un nombre no es como una tarea a realizar.

Él le sonrió. ¿A qué se refería con tareas? Algo le decía que no hablaba de la escuela.

—Y... Dime –Siguió hablando– Uzi, ¿a dónde ibas?

¿Intenta fraternizar con ella?

—Al Auditorio –Aún se le hacía raro que alguien le hablara.

Sospecha que es porque él era nuevo en esa escuela.

—¿Puedo acompañarte?

Hasta ahí llegó, ella tiene un límite de confianza muy pequeño para que le pidiera algo así tan repentinamente.

—Ni siquiera sé tu nombre.

—Oh, me llamo N, en realidad es Neith pero el resto de las letras no tienen importancia así que me llaman N.

Ahora se pasó de raro, aunque debe admitir que el nombre de Neith era tan atractivo como su físico.

—¿Okey? Entonces... ¿Se supone que te debo decir "N"? –preguntó.

—Sip.

Cuando N recordó que tenía a Uzi tomada del brazo la soltó pidiendo perdón y colocando ambos brazos detrás de él, parecía esperar a que Uzi le dejara ir con ella.