XXIII

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|Amor|

Al finalizar la llamada suspiró con una sonrisa en el rostro, se sentía el chico más afortunado de todos, le diría a Uzi lo que siente después del evento de primavera.

Tendrían una semana de clases después de eso y saldrían a sus primeras vacaciones, tan solo pensarlo le emociona.

¡Que bello es enamorarse!

—N, necesito que salgas –Lo llamó tocando la puerta de su cuarto.

—¡Un minuto! –Respondió.

Se colocó sus zapatos y salió de la habitación.
Era V quien estaba esperándolo.

—¿Qué prefieres? ¿Azul o rojo?

¿Por qué le preguntaba eso?

—Morado –Negó con la cabeza– ¡rojo! –Respondió alterado.

—¿Bien...? –V se dió la vuelta y se alejó.

¿Eso es todo lo que quería? ¿Por qué? ¿Qué planeaba? Cerró la puerta de su cuarto y volvió a acostarse en su cama.

Había sido una aburrida semana de clases sin Uzi presente.

Uzi... Volvió a sonreír, su nombre era tan extraño y lindo, como ella, hasta su nombre era asombroso.

—Uzi... –Sintió sus mejillas arder.

Sin dejar de sonreír tomó su teléfono, pretendía ver fotos de aquella chica.

Su fondo de pantalla aún era de V, la foto que Uzi había seleccionado, se le quedó viendo, intentando recordar como lo había hecho.

No cambió aquel fondo de pantalla porque fue Uzi quien lo escogió, pero ya era tiempo de cambiar.

Recordando como se hacía, repitió cada paso, al menos tenía buena memoria para seguir instrucciones.

A la hora de escoger un nuevo fondo de pantalla no supo cual poner, habían varias de esa chica de pelo morado que lo volvía loco.

Así como otras de lugares y animales o comida, otras cuantas de V y J, finalmente escogió una que Uzi se había tomado con el teléfono de N.

—Ella es tan hermosa –Dijo al escoger la foto.

¿Cómo podría no amarla? Se sentía en las nubes hablando con ella, se sentía completo.

Volvió a gritarle a la almohada, parece ser que N la quiere a ella.

¿Es normal que le llame cada día al llegar de la escuela?, tomó sus cobijas y se escondió en estas, como si de alguna forma fueran a impedir que se emocionara tanto.

¿Qué debía hacer? ¿Decirle que le gusta? No, eso es nada romántico, él debe dar el primer paso.

Él debe ser quien le haga la pregunta.

Su mente comenzó a imaginar.
No importaba el lugar, N le tomaría las manos a Uzi, la miraría a los ojos, le diría que la ama y le preguntaría si quiere ser su novia.

Y ella claro que diría que si y luego lo besaría. Aunque no sabe besar, nunca ha besado a nadie.

—Thad no cuenta... –Se quitó la cobija– No, no cuenta...

¿Habrá sido ese su primer beso? No debería contar, fue una idea tonta que llegó a sus mentes de niños.

—¡Thad no cuenta!

Luego de eso logró escuchar a su padre pidiéndole que no gritara, aún no se reconciliaba con él.

¿A quién le importa eso sabiendo que su amor es correspondido?

Un poco de música ambientaba su cuarto, nunca le gustó el Jazz, hasta que lo conoció a él.

Hay un par de canciones que le gustan por N, tomó su almohada para voltearse boca arriba y abrazarla fuerte, viendo aquellas estrellas mal dibujadas en el techo.

—¿Este es tu regalo madre?

Preguntó al techo viejo y despintado.

—Gracias –Sonrió.

—La siguiente semana ella regresará, mi padre ya habló con el señor Doorman.

Dejó su taza mirando a Lizzy.

—¿El tio Khan habló con tu padre?

La rubia asintió, ella no tuvo que hacer nada, el padre de Uzi se había encargado de eso.

Doll amaba como las cosas iban tan bien, todos los peones no planeados marchaban a su favor.

—Ja, mi tío jamás fue tan listo –Tomó su taza– Seguro no sabe que Uzi tiene un arma.

—¡¿Ya la pidió?! –Tapó su boca algo asustada.

Doll suspiró viendo a su amiga, sacó su teléfono y le mostró su chat con Uzi.
Donde se quejaba de un tipo que la había tratado mal, luego se veía la foto del arma.

—Oh dios...

Una vez más se cuestionó ¿por qué hacía todo eso? ¿Era necesario llegar tan lejos?

Es fácil darle un arma a un niño deprimido, es cuestión de dejarlo solo y...

—¿Colocaste la cámara? –Preguntó.

La chica a su lado negó levemente con su cabeza, se cruzó de brazos y se recargó en su asiento.

—Si la coloco ahora hay riesgo de que la encuentren.

No debería preocuparle lo que le pase a la cámara, si la llegaran a encontrar sería mejor, pero...

No quiere ver a nadie morir, aunque sabe que alguien lo hará y ella cargara con eso en su conciencia.

Ya sea Uzi o uno de sus padres.

—No puedo esperar al día del evento –Sonrió Doll– Me emociona saber lo que le espera.

Lizzy miró a Doll, insegura de si misma.

—Adoraré ver su cara.

Este es corto, apenas 800 palabras /cry

Dos capítulos más.

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