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capítulo dos ★ toque de esperanza
❛ and i hope this is the hardest part we try, we try, and when they say they're satisfied, they're lying, they're lying. ─ modus; joji.
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MUSUTAFU 🧊 MARZO 2O3O once meses después.
Tras aquel día, su vida cambió radicalmente. Desde un inicio, tenía claro que no podría nunca acariciar la esperanza como se debe. Era una palabra establecida en su vocabulario, que jamás se osó a emplear puesto que se rindió en dicho término hacía ya bastante tiempo; más de lo que podía recordar en sus compungidas y borrosas memorias, escudándose en el pensamiento de que «la esperanza es para tontos». Si esperas algo, terminas defraudándote a ti mismo.
Sin embargo, fue Hiroyuki el que inculcó la esperanza en ella. En lo más recóndito de su interior cultivó una semilla de luz: en dicho día, once meses atrás, cuando aseguró y ratificó que ella iría a la academia para héroes.
Y entonces es cuando se dio cuenta de que no perdió la esperanza del todo, que se hallaba oculta, tapada por varios revestimientos de oscuridad y una fachada de piedra que impediría la rotura de su corazón de cristal.
Después de notificarle a Heikin lo que tenía planeado hacer —es decir, convertirse en heroína—, ésta no objetó nada. Se esperó una grave reprimenda por parte de ella, golpes, e incluso, que se volviese loca o algo por el estilo. Pero no fue así. La adulta enmudeció al respecto a partir de aquel momento. Y, una vez más, sentía que las cadenas que antes apretaban con fuerza su garganta y amenazaban con ahogarla, se aflojaban: dejándola respirar.
Inhalar el aire que se le fue quitado —o más bien, que se quitó a sí misma—.
A pesar de eso, la misma pregunta retórica que siempre se presenciaba cuando obtenía algo que la hacía feliz rondaba su mente sin permiso.
