Sin Tiempo

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Kairi se topó con las altas murallas que protegían de los suburbios a la ciudad de Kaineng. Intentó repetir los pasos para saltar otra vez en el tiempo, pero fue en vano. Apurada, viendo las luces azules acercarse cada vez más, recogió su pelo empapado de sudor con el coletero que heredó de su hermana mayor e hizo un esfuerzo por intentar escalar de alguna forma aquellas paredes grises cubiertas de grafitis con símbolos de resistencia.

Su esfuerzo fue inútil. Un enorme grupo de soldados rodearon a Kairi acorralándola contra el muro. Sus uniformes azules eran inconfundibles, la Policía del Tiempo la había alcanzado.

Intentó contener las lágrimas sin mucho éxito, sabía que aquella misión era una locura para una chica que no aprendió a saltar en el tiempo hasta hace bien poco. Se maldecía una y otra vez en voz baja y comenzó a recordar a su familia: su hermana mayor Layla, sus padres..

La vibración de la pulsera la alejó de su ensimismamiento y vio un color rojizo deslumbrar en el centro de la misma justo como ocurrió hace unas pocas horas. Impulsada por un valor que ella misma desconocía tener, apretó el botón y comenzó a correr hacia los agentes que ya la estaban apuntando. Tras un salto, la pulsera se activó e hizo que viajara en el tiempo llegando a las afueras de la ciudad. Con el corazón en un puño se apresuró a comprobar la fecha en la que estaba para darse cuenta de que se encontraba treinta años antes de la Dictadura Temporal que asolaba su día a día.

Su misión acaba de comenzar: cambiar la historia. 

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