11-12-23
Paredes, sabanas y luces blancas. No hay rastro de color en ninguna parte. Voces se escuchan afuera cada cierto periodo de tiempo, alguna que otra patrulla y autos pasando a las afueras del hospital.
La mirada de Selene está perdida, enfocada en un punto fijo, en silencio. Su cabello esta enredado, debajo de sus ojos hay dos manchas oscuras y su piel nunca antes estuvo tan pálida.
Miró la mesa de luz, la comida está intacta. Otra vez se ha negado a comer.
– Por favor. – Suplico.
Ella se gira a verme, niega con la cabeza y baja la mirada.
Contengo las ganas de llorar, ¿Cómo salvar a alguien que hace tiempo se rindió? Al verla aún siento que hay un destello de lo que fue, quiero aferrarme a ello. Siento un nudo en la garganta, en mi cabeza nuestra imagen de hace unos años, los cuentos que nos leían de niñas, las charlas y risas antes de dormir, nuestras conversaciones sobre nuestros sueños, no puedo permitir que se desvanezca ante mí.
– Tienes algo mejor que hacer que quedarte aquí. – Objeta, su voz no tiene emoción. – Pronto llegara Sara, antes de eso quiero estar sola.
Me levante de mi asiento y me dirigí a la salida, antes de irme voltee a verla, esta absorta en sus pensamientos. Nada se interpone entre ambas, pero puedo sentir como si hubiera muros a su alrededor, tan altos que me resulta imposible vislumbrar la persona que está delante de mí.
El pasillo del hospital tiene luces más cálidas, pensaba irme rápido pero una de mis amigas se acerca a mí con un café en mano.
Sonreí al ver a Yvonne, no estoy segura de cómo podría soportar todo esto si no tuviera a mis amigas.
Juntas caminamos hacia la terraza del hospital, de tanto tiempo que paso aquí descubrí cada lugar al que el acceso al público no está prohibido. Las luces de la ciudad iluminan el paisaje, suspiro y algo de vapor sale.
– ¿Cómo está? – Interroga.
– Se rindió, pero yo aún no. – Confieso.
Su mano se apoya en mi hombro. – No eres egoísta por avanzar, pero todo va a mejorar.
Por un momento quiero gritarle, decirle que nada va a mejorar, que aún no hay un donador de pulmón y que aunque desee hacerlo yo, no somos compatibles porque somos hijas de distintos padres. No lo hago, no estoy enojada con Yvonne, al contrario, creo que jamás voy a poder expresar la gratitud de que este conmigo en este momento. Solo, la situación poco a poco me está consumiendo.
– No siento que nada avance. – Solté, el frio me invade.
– Vas a casarte en menos de un mes y tienes un trabajo estable. – Intenta animarme. – Yo aún no consigo un papel decente en alguna película, si lo piensas, hay muchas cosas buenas aún.
– Vas a ser una actriz exitosa, no tengas dudas de eso. – Declaró y evitó comentar cualquier aspecto en relación al casamiento.
Le doy un sorbo a mi café, aún no caigo del todo que falta poco para mi boda, este tiempo no he pensado en otra cosa que no sea Selene.
– Luar, ¿lo amas? – Pregunta mirándome con cierta pena. – Estas a tiempo de arrepentirte.
– Lo conozco, que es más importante. – Respondo. – Todo es un caos, pero él me da paz, quizá no este enamorada de él, pero si lo amo. Tenemos planes a futuro juntos y metas en común.
– ¿Vas a ser feliz? – Vuelve a preguntar.
Me detengo un segundo a pensarlo. – Sí, creo que voy a ser feliz.
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Trato con la Luna
FantasyLuar ha hecho un trato con la luna, para su suerte o su desgracia, fue escuchada. Nunca espero que el precio a pagar sea tan alto.