#1.1

302 40 28
                                    

Los recuerdos son simples memorias del pasado, o no tan pasadas. Pero para David eran muchísimo más que viejas memorias sin importancia, porque cada pequeño y fragmentado recuerdo de su tiempo juntos, era lo único que le quedaba de él.

Él siempre fue un chico sin nada, se creía sin razones para seguir. Solo viviendo y respirando por pura inercia desde el día en que él desapareció, su mejor amigo y el único ser viviente que lograba darle un sentido a su vida.

Dos años, dos largos años habían pasado desde la última vez que supo de él.

Aún recordaba esa lluviosa y fría mañana de otoño que jamás pensó que sería la última de sus días junto a Ryan Smith.

__Quién demonios ha hecho esto?_ indagó con ligero desprecio ante lo que sus ojos veían a un lado de su salón de clases en la universidad a la que había decidido ir con él. Todo un sin sentido ahora que ya no estaba.

__Hablas del altar?_ cuestiona el más antiguo sus amigos. Luke, un extraño peli rosa que había tomado el asiento disponible para Ryan Smith en un viaje que deberían haber hecho juntos. Lo ve asentir, su cabello rubio enrulado balanceándose sobre su ceja derecha por el movimiento__ Son para Ryan, pronto se cumplen dos años de su muerte_ es lo que dice apreciando el improvisado altar contra la pared junto a la puerta del salón, con fotos del pelinegro, rosas e incluso un par de pequeñas velas.

Pero se arrepintió al instante en que la mirada molesta, herida e indignada de David se posó sobre él.

__Ryan no está muerto, está desparecido_ corrige cruzando sus brazos sobre su pecho.

__David_ suspira rascando su nuca con impaciencia y sin tener idea de cómo tratar ese tema con el rubio__ Sé cuánto sufres con este asunto, pero debemos ser realistas. Han pasado dos años desde ese maldito accidente, dos años en los que no hemos sabido nada de él. Estaba muy malherido cuando las autoridades llegaron a la escena, es muy difícil que con la gravedad de sus heridas haya logrado ir muy lejos del lugar del accidente. Sé que es doloroso, pero lo más seguro es que haya muerto ese mismo día_ concluye con pesar, suspirando abatido al ver el brillo de las lágrimas no derramadas en los ojos color avellana de su querido David Williams.

__No han encontrado su cuerpo Luke, y es todo lo que diré de este asunto_ el suspiro rendido de Luke fue lo único que se escuchó entre ambos antes de que el timbre sonara dando inicio a una nueva clase y un par de alumnos apresurados casi los apartaran para internarse en el salón.

__Bien, sólo vayamos a clase y olvidemos este tema_ propone tomando la mano de su dolorido amigo para internarse en el salón.

Luke cedió, supo que no se repetiría al ver la emoción en sus ojos, pero aún así él lo agradeció.

Al momento de tomar asiento en su puesto, sus pensamientos se alejaron de él, escogiendo por si mismos transitar por esos caminos angostos de su memoria.

Recordaba que un día, en una de esas recurrentes crisis de ansiedad que lo azotaban y que Ryan siempre calmaba, sus padres decidieron llevarlo a ver una psicóloga.

Ella le dijo que su apego por Ryan Smith era desorbitado y extremo, rozando lo enfermizo. Y él terminó volteando su jugo de uvas favorito sobre la ropa de la mujer. Nunca más vio a un psicólogo.

Quizá si lo pensaba con su cabeza fría y se abría a las críticas él era capaz de admitir que aquello era cierto.

Y es que, si alguien le preguntaba quién era la persona más importante en su vida.

La respuesta obviamente sería Ryan.

Si tuviera que escoger entre salvar a sus ausentes progenitores, o a Ryan, su mejor amigo sería sin duda la respuesta.

Fallen🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora