𝐕. 𝐑𝐞𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐨𝐬 𝐲 𝐮𝐧 𝐟𝐢𝐧𝐚𝐥 𝐟𝐞𝐥𝐢𝐳.

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Veo parado desde la puerta de la habitación cómo Ayla le habla con paciencia y tranquilidad a nuestro pequeño Kale. Ha cogido una gripe fuerte que lo ha dejado en cama varios días. Faltó a sus clases en el jardín, la mayoría del tiempo es inquieto, pero estos días estuvo acostado en su cama bajo los cuidados de todos.

Incluso sus hermanos mayores de regreso de sus clases o actividades se han turnado para cuidarlo mientras nosotros trabajábamos. Somos un gran equipo, aunque a veces, la casa es un caos de gritos y peleas por parte de mis hijos.

—Entiende que no, cariño.

—¡Appa! —chilla en mi dirección, golpea el edredón con sus manitos en una acción de frustración y lloriquea.

Me acerco sentándome a orillas de la cama, Lala me mira fijamente en reproche porque sabe que cumplo los caprichos de mis hijos aún cuando no debería. Kale se levanta para lanzarse sobre mí, me rodea como puede el cuello con sus bracitos y apoya su cabeza sobre mi hombro simulando llorar mientras acaricio su espaldita.

Conozco todas las mañanas de los pequeños Jeon.

—Enano, entiende que no puedes salir, aún debes cuidar de tu salud.

—Quiero salir.

Miro a Ayla, ella es la que tiene la última palabra. Suspira, el pequeño sigue fingiendo llorar en mi hombro. Es bueno porque hasta yo me lo creo causando mi triste pena.

—Appa quiere cocinarnos hoy, podrías acompañarlo a comprar lo que le falta, ¿quieres?

Sale de su escondite con su sonrisa de dientes chiquitos y faltantes. Es un delincuente que consigue lo que quiere con nada. Me mira mientras su madre se aleja para buscarle abrigo. Lo va cubrir hasta la última punta de cabello. Está contento, su naricita se arruga mientras salta entre mis piernas, besa mis mejillas y yo hago igual. Es el más pequeño y mi compañero.

Cuando estamos listos, Ayla le acomoda la gorra de peluche sobre la cabeza y le besa la mejilla mientras yo lo ayudó con el cinturón de seguridad. Aún debe viajar en una silla especial a pesar que diga que es un niño grande. Kale me recuerda un poco a Dani cuando pequeña. Parlanchín y dramático.

Al llegar estacionó cerca, debemos caminar un pequeño tramo hasta llegar al Gupo Market, un mercado tradicional coreano dónde no solo se vende comida callejera, especias o mariscos, sino que algunos locales, venden ropa y otros objetos.

Caminamos de la mano, Kale esta entusiasmado observando todo a su alrededor, por lo cual, también pregunta mucho queriendo saciar su curiosidad. Repito es inquieto, por lo cual debo tener los ojos sobre él mientras compro lo necesario para la cena de esta noche y tener para otras ocasiones.

—No te muevas, quédate a mi lado, hijo.

—Si, appa.

Seguimos caminando, comprando algunas especias, incluso compraré pescado para hacer sashimi gracias a que Jin hyung me enseñó. Le compré dulce al pequeño para que esté entretenido, la cuestión es cuando volteo para sujetar su mano y seguir. Kale no está a mi lado.

No lo encuentro, no lo veo por ningún lado. Es demasiado pequeño, hay bastante tumulto de gente que no me permite encontrarlo y me estoy desesperando.

—¡Kale!

La gente me mira extraño cuando grito el nombre de mi hijo. Ninguno se va a detener a ayudarme porque son egoístas. Mi preocupación crece, la ajumma del puesto le dice a su nieto que me ayude a buscar, hay otras personas que también lo hacen para mi sorpresa. Fue apenas un segundo dónde me distraje.

𝐁𝐚𝐜𝐤 𝐓𝐨 𝐌𝐞ᴶᴶᴷ  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora