𝟏.𝐈𝐫𝐨𝐧í𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨.

1.7K 155 105
                                    

Esto es una maldita broma del destino seguramente porque no he podido dormir de forma apropiada. Es eso seguramente. No puede ser, por favor esto no es gracioso, no me puede estar pasando justo ahora que estoy mejor. Estoy helada en mi puesto, no puedo moverme de la impresión, las lágrimas acumuladas en mis orbes me impiden verlo nítidamente.

Su semblante cambia a uno de seriedad preocupante porque se ha dado cuenta de que estoy pálida por ver su fantasma.

—Señorita, ¿se encuentra bien?

Habla alemán a la perfección, mi JungKook apenas aprendió inglés porque le costaba y en partes era perezoso para hacerlo. Este hombre es muy parecido a él. Su cabello negro como la noche es corto con un undercut, lo lleva peinado hacia atrás dejando su frente expuesta, su rostro marcado. Su cuerpo, siempre fue de buenos músculos, pero este hombre es mucho más corpulento, viste casual, pero formal a la vez, ropa que MI JungKook no solía usar porque prefería la comodidad de lo holgado y deportivo.

No puede ser mi JungKook.

Lo veo acercarse en cámara lenta, porque no tengo noción de mi alrededor, no puedo respirar, me falta el aire, tampoco puedo escuchar, ni moverme o hablar y pronto caigo en la inconsciencia y estoy muy segura, en sus brazos.

El recuerdo del hospital viene a mi mente, se reproduce como si fuera una espectadora sentada viendo el trágico momento, la del cementerio despidiendo sus restos, los días encerrada en mi habitación sin comer o poder dormir a causa de las pesadillas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El recuerdo del hospital viene a mi mente, se reproduce como si fuera una espectadora sentada viendo el trágico momento, la del cementerio despidiendo sus restos, los días encerrada en mi habitación sin comer o poder dormir a causa de las pesadillas. Las llamadas casi diarias con Soah porque nuestro único consuelo era hablar de cualquier cosa que no fuera el hombre al que amamos en común. En fin, muchos sombríos momentos que me afloraron mientras volvía en mis sentidos.

Me cuesta abrir los ojos, pero puedo captar el sonido a mi alrededor, del murmullo de varias personas hablando palabras que son inentendibles para mí en ese instante. Siento mi cuerpo pesado aún cuando estoy recostada sobre algo suave y cómodo. Con toda mi fuerza de voluntad mis párpados se abren lentamente encontrando el mismo rostro.

Me quedo observándole con calma, es como un ángel porque su silueta masculina irradia luz, una luz blanca e iridiscente que hace latir irrefrenable mi corazón. Mis ojos se llenan de lágrimas de nuevo, veo sus labios moverse pretendiendo hablarme mientras con un algodón entre sus delgados dedos mueve cerca de mi nariz.

Intento levantarme y de inmediato el calor de sus manos me queman, no entiendo que está pasando.

—Señorita, ¿está bien? ¿puede oírme? —asiento sin apartar la mirada de su rostro— beba esto, creo que le bajó la presión.

Recibo el vaso lleno de lo que parece jugo de manzana, nuestros dedos se rozan por una infinidad de segundos estremeciéndome por completa. Quiero largarme a llorar como desquiciada, me contengo lo suficiente porque me doy cuenta que tengo gente a mi alrededor.

—Danke* —me sorprende que aún salga mi voz.

Aleja el vaso de mis manos agradeciendo a la mesera que lo asistió, ella se aleja junto a su compañero y el pelinegro se sienta a mi lado cuando yo me acomodo mejor en mi puesto.

𝐁𝐚𝐜𝐤 𝐓𝐨 𝐌𝐞ᴶᴶᴷ  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora