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Sasha observaba como la lluvia de esa tarde empezaba a empeorar.

—¿Estás segura que estás bien?— Habló y solo recibió una pequeña risa.

—Lo estoy, no te preocupes mucho, las noticias dicen que es solo una lluvia normal. Estamos en temporada, tu tranquila Sashy, Anne y yo estamos bien.— La rubia suspiro, sintiendo una punzada en su corazón.

—Esta bien... De todas formas, cualquier cosa avísame ¿Si?

—Lo haré... Tengo que colgar, Anne tiene hambre.— La risa de la rubia se hizo presente, su hija era una comelona.

—Esta bien... Las amo.— Rápidamente colgó, dejando a la pelinegra con la palabra en la boca.

Volvió a ver el cielo por la ventana de su oficina. Había cancelado la práctica de fútbol ese día, los padres poco a poco iban por sus hijos para resguardarse de las lluvias.

Pero ella como entrenadora tenía que quedarse hasta que el último niño estuviera con sus padres. Sentía un tic nervioso, estaba a nada del ataque cardíaco y es que algo en ella le decía que nada estaba bien.

Si bien Los Angeles no era zona de huracanes, le daba miedo las inundaciones que podía haber. Su edificio no era uno tan bueno, ya llevaba sus años y tenía miedo de que algo pasará si las cosas empeoraban.

Su teléfono vibro y rápidamente lo saco para ver quién era.

—¿Mamá?— Hablo al contestar.

—Hija ¿Cómo están? ¿Estás con Marcy?

—No...— suspiro.— Sigo en la escuela, aún me faltan unos niños y hasta que vengas sus padres yo podré irme.

—Sasha, deberías de llamarles, esto no es una lluvia normal es una tormenta y tú deberías de estar con tu Omega y tú bebé.

—Ya te dije que Marcy no es mi Omega....

—Solo ustedes se engañan...— Escucho el suspiro de su madre.— Ten cuidado, sabes que las calles se inundan cuando estás cosas pasan y si no, aún hay tiempo, dile a Marcy que agarre lo importante y se vienen a la casa.

Eso no era una mala idea...

—Vere que hago, de todas formas te mantendré informada. Nos vemos mamá.

Colgó la llamada, viendo cuántos niños le quedaban y esperando a que nada malo pasará.

Aún si su lobo aullaba de miedo.

Marcy tembló al escuchar el trueno caer con fuerza

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Marcy tembló al escuchar el trueno caer con fuerza.

—Esta lloviendo con fuerza...— Murmuró para ella, viendo como Anne bailaba en sus brazos por la música de la televisión.— Deberíamos llamar a mamá ¿No crees?

—Bah bah!— Balbuceo Anne, sin dejar de bailar en los brazos de su madre.

Al menos ella no me tenía miedo a la lluvia.

Madres separadas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora