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Marky jamás pensó que llegaría a ser tía, aún recuerda ese momento en que su hermanita menor, la lucecita de sus ojos y el regalo más grande que le ha dado la vida le confesó que estaba embarazada. 

Se había enojado, si, pero eso no significaba que dejaría a su bebé sola. Prácticamente fue Marky quien la crio, prácticamente fue ella quien le enseño todo lo que sabía y la vio crecer hasta llegar a ser una mujer.

Cuando vio el primer ultrasonido del bebé sintió ganas de llorar y se prometió cuidar a su hermana y a ese hermoso bebé... Cuidar a su hermana tampoco fue fácil, esa bolita de ternura ahora era una bolita llena de hormonas y que lloraba cada vez que comía algo delicioso.

Fue tierno, fue cansado.

Pero cuando nació Anne, supo en ese instante que no había poder alguno que la detuviera para defenderla y cuidarla. Esa cosita pequeña y frágil se robo su corazón en el primer instante, esos ojitos lograron que su corazón se derritiera por la ternura.

Jamas dudó de la paternidad de Sasha, la niña era una copia exacta a pesar de su tez. La misma mirada, la misma sonrisa. Apenas y habia sacado rasgos de Marcy. Era por eso que no creía en esa tonta prueba que sus padres y el idiota de Mike le enseñaron.

Tenía que hablar con Sasha al respecto y obligarla a defender su honor y su paternidad. Defender a su cachorra y a su Omega y no dejar que la legitimidad de su hija sea manchada.

—Lo siento por llegar tarde, había mucho tráfico.— Levanto su vista y la alfa rubia estaba frente a ella.

—Esta bien, toma asiento.— Respondió y la menor obedeció sus órdenes. Pidieron algo de tomar, algo ligero y rápido pues la plática no iba a durar mucho tiempo.

—¿Cómo está... Cómo está Anne?— Pregunto con inseguridad, temblando por la mirada de la mayor. Sasha era un alfa de rango alto, pero Marky era mucho más fuerte que ella y lo sabía por su aroma.

—Inquieta, te buscan demasiado.— Sasha bajo la mirada, sintiendo la culpa caer en sus hombros.— Iré al grano Waybrigh.

—¿Qué pasa? ¿Esta todo bien? ¿Marcy está bien?

—No, ella está mal.— Marky suspiro, peinando su cabello y aguantando las ganas de golpear a la rubia. Entendía su punto, era doloroso tener la idea de que un cachorro que cuidas y amas no sea tuyo. Pero ¿Todos están ciegos?— Necesito que te hagas la prueba de paternidad.

—Un minuto... ¿Qué? ¿Por qué?— Decir que estaba confundida era poco. Marky era la única persona que la defendía y ahora se le hacía extraño que le pidiera eso.

Acaso...

—Falsificar un documento ha sido muy fácil hoy en día y más si tienes el suficiente dinero para hacerlo.— Sus palabras la confundían más, no entendía el punto y sentía que todo se le iba en contra.— El idiota de Mike lo ha echó. Fue demasiado inteligente o mis padres son demasiado idiotas por creerle. Aún así, la legitimidad de tu hija y el honor de mi hermana está manchada.

Sasha se quedó callada, debió de imaginarlo. Alejarla de Marcy y de su hija solo iba a ser logrado si ella dudaba de su paternidad. Ahora pagaba las consecuencias de ser tan ilusa...

Extrañaba el calor de Marcy, sus sonrisas y su parloteo. Extrañaba los besos llenos de baba de su hija, su risitas y sus cachetitos regordetos.

Extrañaba a su familia...

—Si de verdad amas a mi hermana y a tu hija... Defiendelas.— Hablo nuevamente la mayor.— Házlo, defiende tu honor y el de tu familia...

—Yo...

Madres separadas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora